Las albóndigas de hoy son de jamón, pero antes de empezar con esta receta voy a poner algunas generalidades sobre las albóndigas de ternera.
Lo primero son algunas consideraciones sobre la carne picada. La carne una vez picada se oxida y se estropea con mucha más facilidad que la carne entera. Es importante consumirla cuanto antes.
Si podemos es preferible elegir el trozo de carne que queremos y que nos la piquen, así podemos controlar la calidad, la cantidad de grasa y la frescura.
En cuanto a las albóndigas yo solo pongo carne de ternera (para reducir grasas), y con independencia del ingrediente de que las haga (jamón, queso, pisto, frutos secos, foie…)
siempre hago una preparación base: para medio kilo de carne, una cebolla grande pochada, un huevo, ajo en polvo, sal y perejil picado. Luego añado lo que sea.La cebolla nos garantiza unas albóndigas muy jugosas.
Ingredientes para las de jamón en salsa de cebolla:
½ kg de carne de ternera picada dos veces.
2 cebollas grandes pochadas.
2 dientes de ajo (opcional)
1 huevo.
Ajo molido.
Perejil.
100 g de taquitos de jamón.
½ vaso de vino blanco.
Aceite para freírlas.
Harina para formarlas.
Pelamos y cortamos las cebollas en brunoise muy fina (o las picamos en la picadora).las ponemos en la sartén con un chorrito de aceite y las pochamos a fuego muy lento.
Si queremos poner ajo fresco, podemos pochar junto con la cebolla dos dientes de ajo picados y tambien perejil.
Cuando la cebolla está blandita separamos la mitad y reservamos.
En un bol ponemos la carne picada, la mitad de la cebolla pochada, el huevo (podemos batirlo ligeramente antes de añadirlo),ajo molido, sal y perejil picado. Esta es la preparación base y podríamos hacerlas así, sin más. En éstas he añadido jamón cortado en taquitos muy finos, mezclamos bien hasta que la masa sea homogénea.
Formamos las albóndigas con las manos o con dos cucharas y las vamos colocando sobre film o papel de aluminio.
Ponemos aceite en una sarten y calentamos sin que llegue a humear. Vamos echando las albóndigas pasándolas por las manos ligeramente enharinadas. Para que no se abran y agrieten movemos en vaivén la sarten para que el aceite las bañe. Les damos la vuelta para que se hagan por los dos lados. Se fríen a fuego medio.
Se van sacando a una fuente para freír la siguiente tanda.
Cuando acabamos de freír las albóndigas retiramos parte del aceite, dejando un poco en la sarten. Sin colar ni cambiar la satén (para aprovechar el jugo de la carne) echamos la cebolla pochada que habíamos reservado y refreímos un poco, añadimos el vino y si queda muy espesa la salsa ponemos un poco de agua, probamos de sal.
Ponemos las albóndigas en la salsa y dejamos que den un hervor.
Tenemos las albóndigas listas para tomar, para congelar o para preparar algún plato con ellas.
En la entrada siguiente pondré algunas sugerencias para servir las albóndigas.
Espero que os guste.