La cocina no puede ser aburrida, ni ser una carga. Entiendo que muchas veces no tenemos tiempo y tenemos que preparar la comida contrarreloj. Entiendo también, que hay personas que no disfrutan especialmente ni con la comida ni con la cocina.
Pero estoy segura de que la mayoría no le han dado una oportunidad y que muchos se rinden con la creencia de que hacer tal o cual cosa es difícil y no está a su alcance. Con una de las cosas que más disfruto es viendo cocinar a alguien con entusiasmo, y siempre que hablo de esto me viene a la cabeza la imagen de José Antonio Campoviejo, deleitándose viendo como sube un chocolate frito, o fascinado con un aroma… ¡qué envidia!
Todo este rollo viene a cuento de esta panera que publico hoy. No es una receta, ni un tutorial, ni un truco… es un divertimento, un “perder” el tiempo sin más pretensión.
Si un día tenéis un rato y os gusta meteros en la cocina podéis hacer esta panera, y seguro que al presentarla en la mesa, cuanto menos os aseguráis unas risas.
Está hecha con hojaldre, y lo único reseñable es usar un molde con borde como el de la imagen.
Se pone el fondo redondo de hojaldre pinchado para que no suba y una tira rodeando el borde.
El resto es ir uniendo con tiras de hojaldre el fondo y el borde. Pintar con huevo batido y hornear. En la fotos se ve mejor que con mi explicación.
La puse con tostas y grisines para unos patés, tiene la ventaja de que si se os acaban podéis seguir comiendo la panera.