Estos champiñones los hice la primera vez para aprovechar un poco de relleno de setas que había sobrado. Me gustó tanto el resultado, que ahora procuro hacer el relleno de setas abundante para que sobre y hacer los champiñones rellenos.
Estos en concreto son del pastel de setas y patata.
De aprovechamiento y de dieta no se puede pedir más.
Ingredientes:
Setas variadas
Champiñones enteros
2 quesitos light
50 ml de leche
1 cucharadita de mousse de trufa
Unas gotas de aceite
Sal
Hacemos el relleno rehogando las setas picadas con cebolla pochada, taquitos de jamón, vino blanco, ajo molido, perejil, y una pizca de maizena, como se ve aquí. Reservamos.
Para rellenar es mejor elegir champiñones grandes. Usé unos portobello hermosos.
Se pueden poner sin pelar, pero como nunca había puesto la manera de limpiarlos y pelarlos en esta ocasión les quité la piel con una puntilla de cocina.
Una vez limpios los champiñones se sazonan con sal, ajo molido y unas gotas de aceite. Se ponen en la bandeja de horno y se hornean unos diez minutos a 200º.
Mientras se hacen los champiñones, acabamos de preparar el relleno: se pone en una sartén la leche con los quesitos y se funden a fuego bajo. Se añade una cucharadita de mousse de trufa o de boletus (opcional).
Se sazona con nuez moscada (no necesita sal) y se mezcla con las setas picadas.
Se sacan los champiñones del horno y con una cucharilla los rellenamos con la masa.
Los colocamos de nuevo en la bandeja de horno. Si queremos podemos ponerles por encima más queso rallado, pero se gratinan igual con el queso que lleva el relleno.
Metemos al horno otros diez minutos hasta que veamos que están doraditos.
Servimos bien calientes. Los acompañé con arroz blanco, pero con un salteado de verduras o unas patatas panadera quedan también estupendos.
Espero que os guste.