Qué cierto es que lo prohibido nos atrae especialmente, o lo que nos resulta inalcanzable. Cuando Parmentier le regaló a la reina María Antonieta un ramito de flor de patata y en la corte empezaron a preparar platos con este ingrediente, y las sembraron en huertos vigilados por guardianes reales, los parisinos comenzaron a interesarse por aquel “preciado tesoro” , entrando a robarlo por las noche: La patata pasó de ser despreciada a ser un manjar real.
Y para mí sigue siendo un manjar y la base de los platos más deliciosos.
Uno de los platos de patata más ricos, son las patatas rellenas.
Ya he publicado las rellenas de carne, hoy las he rellenado con bonito en conserva (podrían hacerse con bonito fresco). Es una receta de lo más agradecida, fácil de hacer y siempre es un éxito en la mesa.
Ingredientes:
Patatas de tamaño igualado
200 g de bonito en aceite
150 g de sofrito
Sal
Ajo molido
50 ml de vino
2 cucharadas de aceite
100 ml de caldo o agua
Preparamos el relleno desmenuzando el bonito y mezclándolo con la mitad del sofrito. Reservamos.
Pelamos las patatas y las vaciamos (podemos usar el sacabolas o cualquier vaciador especial). Yo usé un vaciador de espiral.
Rellenamos las patatas con el preparado de bonito.
Ponemos en la olla el resto de sofrito con el aceite rehogamos y echamos el vino. Ponemos las patatas y las espirales que hemos sacado y les damos una vuelta para que tomen el sabor del sofrito.
Sazonamos con sal y ajo en polvo y añadimos el caldo. Tapamos la olla y las cocemos a máxima presión 8-10 minutos dependiendo del tamaño de las patatas.
Dejamos que la olla pierda presión y abrimos.
Se sirven bien calientes.
Espero que os gusten.