Una simple sopa de pasta puede convertirse en un plato diferente añadiendo un toque especial como una costra de graten de huevo, unos crujientes de parmesano, unos palitos de pechuga empanada o unas albondiguillas.
Con tantos días fríos como estamos teniendo hay que poner un poco de imaginación para variar las sopas.
La última vez que hice albóndigas de pisto, hice una parte de tamaño minúsculo y después de rebozadas las congelé sin salsa, pensando en ponerlas en alguna crema o en una sopa y aquí está el resultado
Ingredientes:
Caldo de carne
Pasta
Huevo cocido
Se pone a hervir el caldo y cuando rompa a hervir se añade la pasta que hayamos elegido. Cocemos el tiempo que indique el paquete. Si vemos que queda demasiado seca se añade más caldo.
Cuando está la pasta cocida se añaden las albóndigas se cuece un momento para que se integren los sabores. Se sirve bien caliente con huevo cocido picado.
Espero que os guste.