Las tapas se están poniendo de moda y cada vez son más sofisticadas o más parecidas a platos miniatura. Hay restaurantes especializados con menús a base de ellas. Y no es mala idea, son como los menús degustación, pero más abiertos: cada uno elige las que quiere tomar, sin imponer al resto de la mesa el menú.
Sea como menú o como aperitivo me gusta mucho esta cocina miniatura.
Alguna tapa ya la adelanté a propósito del cumpleaños de Ángeles, otras las puse en el menú pero sin la receta. Una que quedaba sin receta eran estas zamburiñas gratinadas con espuma de espinacas. Es de Àlex Sampedro del restaurante Doble Q, y es una tapa deliciosa y que en casa podemos preparar sin mayores complicaciones.
Ingredientes:
Zamburiñas frescas.
1 cebolla roja.
2 tomates rallados.
Sal
Bechamel:
45 g de harina.
½ l de leche.
Sal.
Espuma de espinacas:
½ kilo espinacas.
200 g de nata.
Sal.
Ponemos a cocer las espinacas con agua y sal unos minutos. Las trituramos y pasamos por un tamiz fino. Añadimos la nata y la sal y metemos en el sifón con una carga. Reservamos.
Preparamos la bechamel fundiendo la mantequilla y rehogando la harina un momento. Vamos añadiendo la leche a pocos y cocemos hasta que esté brillante. Sazonamos con sal. Reservamos.
Limpiamos bien las zamburiñas y dejamos la carne en la concha. Reservamos.
Picamos la cebolla en brunois fina y rallamos los tomates.
Ponemos sobre la zamburiña una cucharadita de cebolla picada y otra de tomate rallado y sazonamos.
Cubrimos con una cucharada de bechamel y metemos al horno precalentado a 190º durante 6 minutos.
Las sacamos del horno y les ponemos la espuma de espinaca con el sifón.
Si no tenemos sifón podemos hacer la espuma de espinacas semimontando la nata y añadiendo el jugo de espinacas con cuidado de no bajar la nata. Conservamos en el frigo hasta el momento de usar.
Espero que os guste.