Parece que vivimos en hemisferios distintos, mientras unos se abonan al gazpacho y los helados, otros nos apuntamos a meriendas más invernales que otra cosa.
Un día que amaneció oscuro,con llovizna y que acabó en una tarde lluviosa y fresca.Y por aquello de que al mal tiempo buena cara... o era buena merienda?, yo me inclino por la buena merienda.
Una infusión de leche y vainilla con una tostada rellena, y ya puesta, con dulce de ciruela.
Ingredientes
Rebanadas de pan de molde
Crema de yema
Huevo batido
2 cucharadas de leche
Ralladura de limón.
1 cucharada de azúcar
1 nuez de mantequilla.
Para hacer la crema ponemos dos yemas con dos cucharadas de azúcar y una cucharadita de maizena en un cazo y lo mezclamos muy bien con las varillas.Vamos incorporando poco a poco 200 ml de leche.Llevamos al fuego removiendo con las varillas hasta que espese. Reservar.
Extendemos la crema sobre las rebanadas de pan de molde con una espátula.Las pegamos de dos en dos por la parte de la crema, las presionamos ligeramente para que tomen cuerpo.
Batimos un huevo con una cucharada de azúcar y ralladura de limón ( o naranja),le añadimos dos cucharadas de leche.
Rebozamos las rebanadas de pan en el huevo batido, cuidamdo que queden bien bañadas por los lados.
Fundimos una nuez de mantequilla en una sartén caliente y rapidamente para que no se queme ponemos las tostadas.
Les damos la vuelta para que se doren por los dos lados y sellamos los laterales sujetandolas con las pinzas o con dos tenedores.
A partir de aquí es responsabilidad de cada uno cómo tomarlas, con qué acompañarlas, y que bebida nos preparamos.
Espero que os guste, y pido disculpas a quienes vivais en lugares con veranos calurosos.
Se puede sustituir la crema de yema por crema de naranja, quedan deliciosas.