Siempre que veo recetas con mejillones me llama la atención la forma que ponen de limpiarlos, rasparlos, quitarles bien todas las “barbas”, .. y las veces que he tenido ocasión de preguntar la razón de hacerlo así, no me supieron explicar el por qué. ´
" Para empezar, hay que limpiar bien las conchas de los mejillones "
" Paso 1: Primero, limpiar muy bien los mejillones con agua y quitarles las “barbas” con un cuchillo. "
Y como a mí me gusta indagar las razones para hacer o no hacer las cosas, os cuento como los lavo yo y el por qué.
Los lavo bajo el grifo con abundante agua, pero sin arrancarles el biso (las barbas).
Esas barbas son el anclaje natural del mejillón y no son restos de la cuerda de las bateas ( estas cuerdas son de nylón , no de esparto).
Si arrancamos las barbas lesionamos el mejillón y es posible que no se abra.
Quito los que están abiertos o rotos y los pongo en una olla con la rejilla del vapor, para que los mejillones no queden sumergidos en caldo, sin añadir nada de líquido, Si se les pone agua o caldo para abrirlos, los que queden en el fondo se cocerán y quedan acorchados.
Los tapo y cuando ya empiezan a abrir les pongo un chorro de vino blanco. Los que no se han abierto se quitan, porque es señal de que no estaban vivos. Se dejan reposar un poco en la olla y se sacan.
Ahora es cuando se les quita el biso y si queremos los separamos de la concha quitándoles el pie.
Empezamos la temporada y aunque los podemos encontrar todo el año, es de octubre a marzo cuando están más “llenos”.
Ayer los hice y parte los tomé al vapor sin nada más que unas gotas de limón.
El resto los guardé limpios para hacer un arroz.
Espero que os sea útil.