En nuestra tradición el queso no forma parte habitualmente de nuestros postres, salvo en tartas o acompañado de dulce o membrillo. Pocas veces vemos pedir una tabla de quesos para postre, y aunque las cosas van cambiando, os pongo un postre rico a medio camino entre el queso y membrillo y un pastel.
Unas tartaletas individuales o una banda de hojaldre con membrillo y queso gratinado. Un postre caliente delicioso.
Puede hacerse directamente sobre el hojaldre en crudo, pero a mí me gusta más horneando primero el hojaldre y casi cuando ya esta hecho ponerle el relleno y acabarlo con 5 minutos al horno. El hojaldre queda más crujiente y el queso fundido en su punto sin resecarse.
Además nos permite hacer el hojaldre con antelación o aprovechar que ya tenemos el horno encendido. En el último momento le ponemos el queso y lo llevamos a la mesa calentito.
Ingredientes
Hojaldre
Huevo batido
Queso (Tronchón tierno)
Membrillo
Extendemos la masa de hojaldre y cortamos las tartaletas formando una base de un círculo y un reborde de aro de un centímetro y medio aproximadamente.
O unas bandas rectangulares con unas tiras en los laterales. Es importante recortar los bordes superpuestos, cogiendo las dos capas de hojaldre para que suban correctamente.
Se pincha el fondo de los hojaldres. Se pintan con huevo batido y se hornean a 200º en el horno precalentado unos quince minutos hasta que estén subidos y ligeramente dorados. Si han subido los fondos los aplanamos con una cuchara.
Ya están listos para rellenar.
Cortamos el queso en trocitos pequeños o en láminas finas para que funda con facilidad. También cortamos el membrillo en daditos o en tiras finas.
Colocamos el queso y el membrillo en los hojaldres y los metemos al horno a 200º 5-8 minutos, hasta que veamos el queso fundido y el hojaldre dorado.
Servimos bien calientes. Podemos acompañarlo con un helado fresco frutal o de vainilla.
Espero que os guste.