Las ensaladas templaditas ( tibias, en términos de cinco tenedores ),son una gozada, al menos a mí me encantan tanto en verano como en invierno. Visten una cena parca, que no es lo mismo cenar unos langostinos mondos y lirondos, que una ensalada, que la vista también cuenta.
No soy muy de las ensaladas preparadas, las que vienen con las verduras listas para poner en el plato, pero cuando quiero algunas verduras en especial no es fácil de encontrarlas, así que a tirar de bolsa. Los brotes tiernos de lechuga, hoja de roble, y rúcula son las que puse en esta ensalada.
Ingredientes:
Brotes tiernos de bolsa.
Langostinos crudos.
Un buen puñado de piñones.
Un huevo batido para rebozar.
Sal
Aceite de oliva para freir.
Vinagre de manzana.
Se lava la ensalada (viene limpia, pero así me aseguro que no quede ni rastro de olor a fermentada) y se seca con papel de cocina.
Se pelan los langostinos dejando el último anillo de la cola. Se lavan y se secan.
Se pican los piñones en la picadora, o en la TH, sin llegar a hacerlos harina, dejando trocitos pequeños. Se reservan unos pocos enteros.
Ponemos aceite en una sartén y calentamos.
Salamos los langostinos, y los pasamos por el huevo batido y después por los piñones.
Freímos en aceite caliente dándoles la vuelta para que se doren bien.
Los sacamos sobre papel de cocina.
Ponemos la ensalada de fondo de plato, salamos.
Encima de las verduras, colocamos los langostinos.
Echamos en una sartén unas cucharadas de aceite y doramos los piñones que habíamos reservado enteros.
Cuando están dorados retiramos del fuego y añadimos un chorro de vinagre, removemos para que emulsione y echamos por encima de la ensalada.
Espero que os guste.