La manzana es la frutas más común en la cocina, tartas, bizcochos, rellenos, asadas, compotas, mermeladas, salsas…
El dulce de manzana es un imprescindible en casa. Tiene la ventaja de que se conserva meses y que se presta a muchas recetas rápidas de preparar para un postre improvisado: acompañado por unos quesos, en unas empanadillas, en hojaldre con queso fundido….
Es una receta sumamente fácil de hacer y aunque lleva bastante tiempo no es laboriosa.
No se necesita una manzana de extraordinaria calidad ni presencia. Pero para que quede un dulce consistente sin aditivos espesantes es importante que no estén las manzanas muy maduras. La pectina de la fruta es suficiente.
La cantidad de azúcar es un poco al gusto. A partir de los 550 g/ kilo de futa limpia garantiza una buena conservación, hasta quien pone azúcar y manzana a partes iguales. Yo suelo poner 650-700 g por kilo de futa.
Ingredientes:
Manzanas no muy maduras.
Azúcar.
Se lavan las manzanas y se limpian cortándolas en cuartos y quitando las semillas. Se cortan en trozos pequeños y se van echando en una olla de fondo grueso (la olla a presión, por ejemplo).
Tenemos que pesar antes la olla vacía para calcular la cantidad de manzana que vamos a usar y la parte de azúcar que tenemos que añadir.
Ponemos la cantidad de azúcar según nuestro gusto y lo ponemos al fuego. En los primeros minutos removeremos con una cuchara de madera hasta que el azúcar impregne bien la manzana (no hay que poner agua).
Cuando ya está disuelto el azúcar y se forme un caldo, moveremos de vez en cuando hasta que la manzana esté bien cocida y casi deshecha. El punto de cocción a partir de ahí, será a nuestro gusto si nos gusta más o menos dorado. (El color puede variar desde verde oscuro a marrón caramelo dependiendo de la clase de manzana que hayamos usado).
Trituramos en la misma olla hasta que quede una pasta fina y homogénea.
Volvemos a ponerlo al fuego unos minutos para que pierda el aire y vuelva a tener un color acaramelado y brillante.
Sacamos a los cacharros en los que vayamos a conservarlo, cajas, tupper… Tenemos que elegir cacharros con la boca más ancha si queremos poder desmoldarlo (no servirían tarros de mermelada)
Dejamos enfriar y que se “seque” formándose una capita que resista a la presión del dedo y guardamos en un sitio fresco y sin luz (no es necesario que sea en el frigo).
Espero que os guste.