Si siempre es importante planificar un poco las comidas, con las dietas es casi imprescindible. Para que sea exitosa hay que anticiparse a esos “ataques de hambre” que nos entran y esos deseos de tomar algún postre fuera del yogurt o la fruta.
A mí me da buen resultado tener siempre un “plato comodín” a mano. Un plato que calme el apetito y sacie las ganas de tonar algo dulce al tiempo que respeta la dieta.
El membrillo es una fruta que tiene grandes beneficios para la salud. Rico en mucina es un potente protector para el estómago y el intestino.
Las semillas en infusión van bien para los trastornos respiratorios. Es una fruta muy dura y áspera para tomarla cruda y suele prepararse en mermelada o en “carne de membrillo”.
La compota hecha sin azúcar, es muy saciante por la fibra y celulosa que contiene y como el aporte energético es muy bajo podemos tomar varias raciones al día sin quebrantar la dieta.
Es fácil y rápida de preparar. La ”mayor” dificultad es pelar y cortar el membrillo.
Yo le pongo edulcorante líquido, pero puede usarse cualquier otro.
Ingredientes:
Membrillos
Edulcorante
Agua
Se pelan los membrillos y se cortan en cuartos para facilitar el quitar las semillas y la parte leñosa.
Se trocean al tamaño que más nos guste. Yo no le pongo limón ni ningún otro antioxidante, y como el membrillo se oxida bastante rápido toma un color ligeramente oscuro, que desaparece al cocer y queda con un color dorado y brillante muy apetecible.
Se ponen en la olla rápida junto con el edulcorante y el agua. Para tres membrillos he puesto un vaso de agua y el edulcorante equivalente a 100g de azúcar. ( la olla rápida no pierde vapor al cocer, por lo que si usamos otro tipo de olla pondremos medio vaso más de agua).
Tapamos la olla y cocemos 7 minutos a máxima presión. Dejamos tapada la olla hasta que haya perdido presión.
A mi me gusta así, sin añadir ni canela en rama o piel de limón, pero puede aromatizarse al gusto.
Se puede preparar para dos o tres días y conservarlo en el frigo.
Espero que os guste.