Una receta sencilla donde las haya y rica, riquísima, para los fans del bacalao.
La garantía del éxito está en la calidad de los ingredientes. Se puede hacer tanto con lomos de bacalao fresco, como con bacalao en salazón y desalado.
Lo ideal es hacerlo con una buena patata gallega, o si no las encontramos ponemos una patata especial para cocer.
El aceite de oliva virgen. Aún tengo del que regalaron a mi hija, de Jaén, una delicia y una tentación.
Y por último un buen pimentón dulce o picante, de La Vera.
Si partimos de un bacalao en salazón tendremos que desalarlo, siguiendo las indicaciones ( el tiempo dependerá del grosor y del tamaño de los trozos.
Una vez desalado se usa de la misma forma que el bacalao fresco.
Pelamos y cortamos las patatas en rodajas gruesas. Las cocemos en agua y sal procurando que el agua no hierva a borbotones para que no se rompan.Tardarán unos 20 minutos.
Mientras espumamos y blanqueamos el bacalao : ponemos el bacalao en una olla cubiertos de agua. ponemos al fuego y cuando empiece a hervir retiramos la espuma y bajamos el fuego para que siga cociendo 3 ó 4 minutos. sacamos a un plato y dejamos que enfrie hasta poder manejarlo sin quemarnos.
Separamos las lascas de bacalao y quitamos la piel y las espinas. Ponemos las lascas de bacalao sobre las patatas.
Regamos con un generoso chorro de aceite, y espolvoreamos con el pimentón.
Si hemos usado bacalao fresco y no hemos puesto sal en el agua, salaremos al final con unas piedras de sal gorda.
Espero que os guste.