Después de la capea, vuelta a Madrid y celebración del cumpleaños. Como es costumbre en María lo tenía todo pensado y perfectamente organizado.
Empezamos con una comida en Sala de Despiece, que ya conocía, pero que quise repetir pensando en poner una entrada en el blog con el visto bueno de Javier Bonet. Es un gastrobar, o como lo define J C Capel, un negocio de barra, un restaurante de barra, sin mesas. Es un homenaje al producto, protagonista indiscutible de la carta, mínimamente elaborado y con un resultado espectacular. Tomamos:
Piparras. Espárragos. Majorero a la plancha. Chuletón cenital. Pulpo. Flan de queso y frutos rojos.
Por la noche me invitaron a una cena en Metro Bistro (Templo de Debod).Un mojito de apio de recibimiento:
Fantástico el sitio y el menú, aunque creo que con los entrantes le dimos la noche a María jajajaja, la salvó la ensalada.
Croquetas de nécora y mejillón rebozadas en sésamo, huevo a baja temperatura con setas y aceite de trufas, ensalada de verduras con quinoa (quinua) crujiente.
Plato principal: Ciervo braseado demi glace y rollito de otoño, Cochinita Pibil, Arroz con pato.
Unos postres, “Cheese cake” cremoso con chocolate blanco y dulce de leche y Tat-crumble de manzana, helado de vainilla y caramelo de haba tonka.
Y a los postres llegaron los regalos y una mini tarta de mousse de chocolate con velita incluida, cortesía del restaurante. Gracias Facu.Los regalos una pasada, sumamente generosos, que me hicieron muchísima ilusión:
Entradas para AmaLuna, el nuevo montaje del Cirque du Soleil, un bolso precioso de Bimba y Lola, una camiseta de gata princesa, y no podía faltar unos caprichos (caprichazos) de cocina: una máquina para hacer pasta fresca y un conservador para las hierbas.
Las entradas eran para el día siguiente, así que hicimos una buena comida en Tres Bocas.
Aquí vamos a piñón fijo, Suprema de pintada asada con salsa satay sobre arroz canaroli y Burrata con romescu de tomates secos, olivas de Kalamata y aceite de romero.
Esta vez probamos también un tartar de salmón, una ensalada de queso de cabra con higos, un tartar de plato principal.
De postre otro fijo: Creme brule de dulce de leche y helado de vainilla, y dos nuevos Cheese-cake cremoso de chocolate blanco y lima con crujiente de coco y Crema de coco con bizcocho de zanahoria y helado de yuzu.
Por la tarde noche al circo: AmaLuna magnífico montaje como suele ser habitual en el Circo del Sol.
El miércoles íbamos a cenar en Cosme para despedir la celebración del cumple, así que después de unas compras por la mañana hicimos una comida ligera en Imanol.
Por la noche un gran descubrimiento para mí, (María y Ricky ya habían estado más veces), el restaurante Cosme. Un entorno sencillo,elegante y acogedor, con una magnífica cocina, y un trato excepcional, en ese difícil equilibrio entre proximidad y respeto de tu espacio, algo bastante olvidado hoy en día.
Como en las próximas entradas voy a dedicar una a cada restaurante, hoy solo comento el menú que tomamos.
Un cocktail de bienvenida, que te preparan en el momento delante de la mesa y que varía según el aperitivo que te sirvan, también cortesía de la casa, en este caso fue un ginfizz para acompañar una crema de calabaza con bacon y costrón.
De entradas tomamos: Canelón de presa ibérica relleno de crema de boletus, aceite de trufa y virutas de parmesano, Anguila ahumada con envuelto de verduras y tierras de mar, Verdinas estofadas con salpicón de Pulpo. Todos nos gustaron mucho, el mas sorprendente quizá el canelón de presa ibérica.
Platos principales: timbal de rabo de toro al chocolate con frutos silvestres y patata panadera, capón del valle del Esla con arroz de trigueros y jamón, tostón de cochinillo con puré de boniato y ajetes tiernos.El timbal de rabo de toro excelente.
A los postres se sumó Mariaje, una amiga que nos había acompañado el día anterior pero que en esta cena no podía estar. Recomendación unánime: la tarta de queso soufflé. Una delicia de postre.
Completamos con un bizcocho de chocolate semi-cocido con helado de jengibre y unas frutas preparadas sobre espuma de fruta de la pasión y helado de yogurt.
Todo absolutamente recomendable, uno de esos descubrimientos que recomiendas con la certeza de no defraudar.
Si habéis llegado hasta aquí sin desfallecer, seguro que os merecéis la medalla de oro a la vitalidad y la juventud.
* Las imagenes que no están editadas con mi nombre han sido tomadas de internet.