Las cremas y natillas son postres caseros que se hacen en un momento y que ponen un broche dulce a cualquier comida.
Para servir como postre las cremas que más me gustan son las cítricas en las que incluyo impropiamente la crema de piña, que no siendo un cítrico tiene ese punto ácido tan agradable.
Según la queramos con más o menos cuerpo le añadimos una parte de leche, o unas cuchardas de nata líquida y si la preferimos más ligera y refrescante usamos solo la pulpa y jugo de piña.
Hoy hacemos la versión light, pura piña.
Para cuatro raciones:
2 piñas baby (si queremos servir la crema en las piñas) o 1 piña pequeña.
3 yemas
4 cucharadas de azúcar
1 cucharadita de postre de maizena
1 pizca de sal
2 cucharadas de ron (opcional)
Azúcar para quemar o crocanti y barquillos para decorar.
Cortamos la piña al largo y con un cuchillo afilado sacamos la parte central. Resulta más fácil si empezamos a sacar la pulpa con el sacabolas por un lado y luego usamos el cuchillo para retirar el corazón.
Vaciamos cuanto podamos sin dañar ni perforar la corteza (si vamos a usarla para servir la crema).reservamos la pulpa y el jugo.
Con un papel de cocina secamos el interior de la piña. Dejamos un papel dentro hasta el momento de usarla.
Ponemos en el vaso de la batidora la pulpa y el jugo y trituramos hasta que quede una papilla fina y sin fibras.
En un cazo ponemos las yemas, el azúcar, la maizena, el ron, y la pizca de sal. mezclamos con las varillas hasta que esté fina y sin grumos.
Añadimos el puré de piña a la mezcla de yemas y llevamos al fuego.
Removemos continuamente hasta que empiece a hervir y haya espesado, retiramos y seguimos removiendo para que pierda temperatura.
Echamos la crema en cuencos o en copas y dejamos que enfríe.
Si usamos las piñas, repasamos con el papel de cocina para secarlas y rellenamos con la crema.
Como en casa no a todos les gusta la crema quemada con la pala, reservo unas cucharadas de crema en una manga pastelera para el acabado.
Cuando haya enfriado, o al momento de servir, espolvorear con azúcar y quemar con la pala.
O poner unos barquillos, crocanti en las copas.
Es una crema con una textura ligera y muy agradable con el contraste caliente del caramelo.
Espero que os guste.