
¡Postre patrio donde los haya! Me encantan los frisuelos y me encanta el arroz con leche, juntos ya es el no va más.

Presentados así tienen para mí una gran ventaja, que es que casi los podemos hacer al momento aunque sea para varios comensales y que lleguen tibios a la mesa los frisuelos.

Con dos frisuelos por persona ya es un postre de buen tamaño, y ocho frisuelos se fríen en un momento.

En realidad la entrada de hoy no es una receta propiamente dicha, es una forma de presentar un postre.


La receta del arroz con leche y de los frisuelos ya están publicadas, y el cambio mayor es que a la masa de estos frisuelos les he puesto un poco de mantequilla fundida.


Para freír los frisuelos he usado dos sartenes, una redonda para los vasitos y la cuadrada de tamagoyaki para los rollos.




Según se van sacando de la sartén se espolvorean con azúcar para que queden más jugosos.

Ya había hecho otros vasos de creps rellenándolos con mata montada y explicaba como formar los vasos, pongo unas imágenes resumen.





Una vez puestos en pie los vasos se rellenan con unas cucharadas de arroz y si nos gusta podemos echarles canela molida por encima.


Los adorné con un hilo de chocolate, palos de canela y hojas de menta.


Para hacer el rollo, extendemos una capa fina de arroz sobre un frisuelo y empezamos a enrollar, al llegar al extremo ponemos a continuación otro frisuelo también con una capa de arroz.




Así hasta el grosor de rollo que nos guste.

Colocamos los rollos en el plato y espolvoreamos con azúcar.


Si nos gusta (en casa hay para todos los gustos) quemamos con la pala o con el soplete y adornamos con salsa de chocolate.


Espero que os guste.