Una croqueta y dos acabados, sería un buen resumen de como un pequeño cambio a la hora de freír las croquetas dan resultados bien distintos.
En este caso la masa de las croquetas es la misma, una base de bechamel (las croquetas de bacalao también se pueden hacer con patata en vez de bechamel), cambia la forma del acabado, unas van rebozadas con huevo batido y a la sartén y las otras se empanan después de pasarlas por el huevo.
Las primeras son un puro bocado de crema en una ligerísima corteza;
en las otras la corteza es más gruesa, lo que las hace más resistentes y se pueden formar mejor (son más adecuadas para congelar). Para no verme en el aprieto de tener que recomendar una, lo mejor es hacer las que vayamos a tomar en el momento pasadas por huevo, y las que vayamos a dejar para congelar hacerlas de manera tradicional.
Ingredientes:
350 g de bacalao desalado
1 cebolleta
Unas ramas de perejil
75 g de harina
1 l de leche
75 ml de aceite
Sal
Huevo batido
Pan rallado
Aceite para freír
Empezamos preparando los ingredientes: pelamos la cebolleta y la cortamos en brunoise muy fina. Lavamos el perejil y también lo picamos. Quitamos la piel y las espinas al bacalao y lo cortamos en trocitos pequeños.
Ponemos 50 ml de aceite en la sartén en la que vayamos a hacer la bechamel y pochamos a fuego lento la cebolleta.
En otra sarten ponemos el resto del aceite (25 ml) y salteamos a fuego vivo el bacalao (para que no pierda agua), añadimos el perejil picado, mezclamos y reservamos.
Cuando la cebolleta esté tierna echamos la harina y rehogamos unos minutos para que no sepa a cruda la bechamel.
Vamos añadiendo leche a pocos y con una cuchara removemos hasta que se integre.
Repetimos con más leche, removiendo sin parar. Cuando ya esté cremosa pasamos a remover con las varillas. Yo pongo la leche del tiempo, pero se podría añadir caliente.
La proporción de harina es muy baja, así que el conseguir una bechamel fina y con cuerpo es cuestión de cocer más tiempo para que evapore. Es más costoso, pero merece la pena porque es el único secreto de una buena croqueta.
Cuando ya casi esté la bechamel añadimos el bacalao rehogado con el perejil, mezclamos y cocemos un par de minutos. También he visto recetas en las que el bacalao se pone desde el principio junto con la cebolleta, pero encuentro que se deshace demasiado y queda una masa muy homogénea donde no se aprecia el bacalao. A mí me gusta más encontrar algún trocín de bacalao.
Pasamos la masa a una fuente y la tapamos con film a piel para que no coja corteza. Dejamos enfriar fuera del frigo, cuando ya esté fría la metemos al frigo una hora. Batimos el huevo y ponemos un plato con pan rallado. Vamos cogiendo porciones de masa y las pasamos por pan rallado.
En este punto separamos las que vayamos a tomar pasadas por huevo y seguimos haciendo el resto: se pasan por pan rallado, huevo batido y de nuevo por pan rallado.
Para freír las rebozadas, simplemente las pasamos por huevo batido y a la sarten con abundante aceite.
Rebozadas
Les damos la vuelta y cuando están doradas se sacan sobre papel de cocina.
Se toman bien calentitas, para que se fundan en la boca.
Las empanadas se fríen igual, en aceite abundante, moviendo la sartén para que el aceite las cubra y no se abran.
Espero que os guste.