Siempre me quejo de que de la misma forma que hay formato familiar en muchísimos productos nadie piensa en los que vivimos solos y que con una talla XS o S, vamos servidos. Y por el caso que me hacen va a ser que no leen el blog jajajaja.
El otro día hice empanadillas con la carne del cocido y aunque las obleas que uso son más razonables que las 16 (qué número tan raro) de La Cocinera, me suelen sobrar obleas y preparo unas empanadillas dulces de lo que tenga a mano. Es un postre casero que casi se ha perdido, no sé por qué no solemos pensar en rellenos dulces.
Las preparé con un poco de membrillo que me quedaba y queso. Muy ricas.
No llega ni a receta, es una idea para aprovechar unas obleas, pero que bien puede hacerse por el gusto de tener un postre fácil y rico.
Ingredientes:
Obleas de empanadillas
Membrillo
Queso rallado
Aceite para freír
Azúcar y canela para rebozar
Cortamos el membrillo en daditos o en lonchas finas (para que se funda un poco al freír).
Ponemos una buena cucharada sobre la oblea, por encima queso rallado.
Cerramos la empanadilla y le hacemos un repulgue, mejor que con el tenedor porque así seguro que no las pinchamos y no se nos saldrá el relleno al freír.
Las freímos en aceite caliente, sin pasarnos para que quede bien hecha la masa de la empanadilla.
Sacamos sobre papel de cocina y en cuanto enfríen lo suficiente para poder cogerlas las pasamos por azúcar o azúcar y canela.
Las empanadillas dulces me recuerdan a la niñez, mi abuela las hacía con dulce de manzana casero y también con la masa hecha en casa. Me encantaban.
Espero que os gusten.