Creía que el pastel de naranja (torta de laranja) estaba publicado en el blog, pero buscándola el otro día para recomendársela a mi amiga Alicia, me di cuenta de que debió de quedar vagando por el espacio virtual.
Por una parte, mejor así, ahora además de recomendársela tengo la oportunidad de dedicársela y si de paso consigo endulzar un poquito su día, y que por un momento se sienta un poco más animada, habrá merecido la pena el olvido.
La cocina portuguesa, y en especial sus postres, es realmente deliciosa: Sencilla, sabrosa y con un regusto a tradicional y casero que conquista.
Este pastel es un típico ejemplo de los postres portugueses, de los ingredientes que les caracteriza, huevos, mantequilla, naranja y de su inigualable maestría en este tipo de tortas, a medio camino entre el puding, el bizcocho y el flan.
Cuando vivía en Huelva cualquier pretexto era bueno para acercarme a Vila Real de Santo Antonio a tomar un café con un buen trozo de torta de laranja. Y si no sois cafeteras con una copita de Madeira está de lujo.
Hice el pastel con la mitad de las cantidades, justo a la medida de la bandeja de mi horno de sobremesa. Con las cantidades que indico se hace un brazo del tamaño de la bandeja de horno normal.
Ingredientes:
8 huevos
320 g de azúcar
Azúcar para espolvorear
Zumo de 2 naranjas
Ralladura de 2 naranjas
1 cucharada rasa de harina
75 g de mantequilla
Mantequilla para untar
Forramos con papel vegetal la bandeja de horno, o una lata de ese tamaño. Lo pincelamos cuidadosamente con mantequilla fundida.
Ponemos en un bol el azúcar, los huevos, la ralladura y batimos con las varillas sin espumar demasiado el batido.
Añadimos el zumo y seguimos batiendo
Ponemos la cucharada de harina y batimos hasta que quede incorporada. Añadimos la mantequilla fundida y mezclamos bien.
Volcamos la masa ( queda muy líquida) en la bandeja .
lo metemos al horno precalentado a 200º unos 20-25 minutos, con calor arriba y abajo.
Extendemos un paño de cocina (seco) y lo espolvoreamos generosamente con azúcar.
Sacamos la bandeja del horno y la volcamos de golpe sobre el paño de cocina.
Enrollamos ayudándonos con el paño formando un brazo. Lo pasamos a una fuente y decoramos al gusto.
A mi me gusta ponerle unas medias rodajas de naranja como en la receta tradicional, le da un toque rústico y casero que nos recuerda los dulces postres de la infancia.
Alicia, creo que te gustará este pastel, puro sabor a naranja tan tuyo.
Espero que os guste.