Vamos a pasar página rápidamente para que no sufráis más con los higadillos.
Para endulzarnos, un postre que me encanta. Es un postre que se hace en un momento y es la guinda, en este caso la cereza, que queda de lujo en cualquier comida: Una tortilla soufflé de cerezas y almendra.
Aprovechando que estamos en temporada de cerezas la he preparado con cerezas frescas, pero puede hacerse con cerezas confitadas o en almíbar.
Ingredientes:
200g de cerezas
2 huevos
1 nuez de mantequilla
2 cucharadas de azúcar
1 cucharada de almendra molida
Azúcar glas para decorar
Una pizca de sal
Deshuesamos las cerezas, si no tenemos deshuesador las cortamos a la mitad y quitamos el hueso.
Calentamos una sarten de fondo grueso y ponemos una nuez de mantequilla, añadimos rápidamente para que no se queme las cerezas.
Las salteamos unos segundos y añadimos una cucharada de azúcar. Movemos hasta que las cerezas estén caramelizadas y tiernas. Reservamos.
Separamos las claras de las yemas.
En un bol montamos ligeramente las claras con una pizca de sal y la otra cucharada de azúcar.
Añadimos las yemas, mezclamos. Ponemos la cucharada de almendra molida y mezclamos.
Calentamos una sartén grande (si las hacemos individuales de un huevo usamos una sartén más pequeña) untada en mantequilla.
Echamos la mezcla en la sartén y la hacemos a fuego lento hasta que podamos despegarla por un lado.
Ponemos en la mitad de la tortilla las cerezas y doblamos la otra mitad sobre el lado de las cerezas. La dejamos un momento y le damos la vuelta para que acabe de hacerse por el otro lado.
Sacamos a la bandeja y espolvoreamos con azúcar glas.
Si nos gusta más podemos rociarla con licor de cerezas y flambear con el quemador.
También le va de cine un helado cítrico o de vainilla.
Espero que os guste.