Bizcochos hay muchos, de diferentes ingredientes, diferentes texturas, bizcochos para tartas, bizcochos para brazos… muchísimos. Pero a mí la primera idea, el concepto que me viene a la cabeza cuando oigo o pienso en bizcocho es un bizcocho simple, aquel que hacían nuestras madres con huevos, harina y azúcar.
Seguramente para los más jóvenes la idea de bizcocho sea este, el de yogur. Y puede que para muchos fuera el primer bizcocho que hicieron, por su simplicidad,porque no exige más conocimiento que el saber usar una túrmix.
Se llamó también bizcocho 123, por las cantidades de los ingredientes que se miden por el vaso de yogur.La forma más sencilla de hacer el bizcocho es poniendo todos los ingredientes en el vaso de la túrmix o en un bol hondo y batir hasta que quede todo bien integrado.
Pero podemos mejorarlo mucho con unos pequeños cambios.
Con unas pequeñas variaciones en la forma de hacerlo y el orden de incorporar los ingredientes podemos conseguir un bizcocho aún más delicioso. Vamos con ello:
1 yogur
1vaso (el de yogur) de grasa (aceite, mantequilla, nata)
2 vasos de azúcar
3 vasos de harina
3 huevos grandes o 4 pequeños
Ralladura de limón (puede ser naranja o lima)
Una pizca de sal
8 g de impulsor (media bolsita)
Para conseguir un bizcocho mucho más suave y aromático usé mantequilla como parte de la grasa y la puse clarificada y casi en punto noisette, en la cocina moderna se usa el término inglés ghee.
Para hacer la mantequilla clarificada o la noisette, se funde la mantequilla a fuego suave para separar el agua y las proteínas que contiene.
Dependiendo del tiempo que la dejemos cocer será más o menos dorada. Tenemos que tener en cuenta que merma bastante y que para obtener 125 ml, necesitaremos unos 180 g de mantequilla.Se hace antes de empezar el bizcocho para que esté tibia en el momento de añadirla.
Otro punto importante es el batido de las claras. El punto ideal para bizcochos y pasteles es el de pico suave, sin llegar a un merengue muy firme. Así no perderemos un tercio del merengue igualando texturas y nos quedara todo el aire en la masa del bizcocho.
Con estas dos consideraciones ya podemos ponernos a hacer el bizcocho.
Separamos las yemas de las claras y las colocamos en dos boles (el de las claras deberá ser sufrientemente grande para que quepa toda la masa del bizcocho). Montamos las claras con una pizca de sal hasta que tengamos un merengue espumoso con una textura de mousse.
Ponemos la mitad del azúcar y batimos un minuto más hasta conseguir un punto de pico blando. Reservamos.
Blanqueamos las yemas con el resto del azúcar. Cuando estén cremosas añadimos el yogur y mezclamos.
Sobre las claras ponemos la ralladura de limón, y echamos la mezcla de yemas, mezclamos.
Añadimos la harina con el impulsor tamizando con un colador, cundo está incorporada, añadimos la mantequilla clarificada, mezclamos hasta que quede una masa homogénea.
Echamos en un molde untado en mantequilla y si queremos que quede una costra crujiente espolvoreamos con azúcar. Horneamos en el horno precalentado a 180º unos 35 minutos. comprobamos que esté bien hecho y apagamos el horno. Dejamos unos 5 minutos, con una rendija del horno abierta.
Desmoldamos y dejamos enfriar.
Tendremos un bizcocho estupendo para la merienda y el desayuno.
Espero que os guste.