No es temporada de cerezas, aunque podemos encontrarlas en el mercado, eso sí, a precio de oro y bastante insípidas, pero haberlas haylas. Naturalmente, son de importación, de países del hemisferio Sur donde el verano coincide con nuestro invierno.
La mayor parte de estas cerezas son chilenas, y no digo que sean malas, tomadas “in situ” son muy ricas, digo que cuando llegan a nuestra mesa han pasado muchos días en cámaras y han recorrido miles de kilómetros y eso no hay cuerpo que lo aguante, bastante es que tengan esa buena presencia.
Soy una defensora de los productos de temporada, y este pudin no es para animaros a hacerlo en este momento (ya lo tenía hecho del verano pasado), es un pequeño homenaje a nuestras cerezas y en especial a sus floridos árboles.
Hoy María y Ricky están camino del Valle del Jerte, los cerezos están floreciendo y es un paisaje espectacular que cada año recibe más visitantes.
La cereza es una de mis frutas favoritas, además de por su sabor, por mi vagancia… me gustan las frutas fáciles de comer, que no me manchen las manos, y que no haya que pelarlas.
Me gustan tanto que cuando voy a hacer algún postre con ellas, compro el doble de las que necesite o corro el riesgo de quedarme sin postre.
Este tipo de pudin es ideal para aprovechar bollería que nos haya quedado reseca, ensaimadas, pan de leche, croissant, incluso pan. Y en cuanto a fruta puede hacerse con manzana, pera, melocotón, albaricoque…¡ Y CEREZA!
Ingredientes:
Rebanadas de brioche
3 huevos
400 ml. de nata (o 200 ml de nata y 200 ml. de leche)
4 cucharadas de azúcar
300 g de cerezas deshuesadas.
2 cucharadas de almendra molida
Azúcar para espolvorear
Mantequilla para el molde
Una pizca de sal.
Lavamos y deshuesamos las cerezas. Reservamos
Untamos el molde con mantequilla. Lo hice en molde tipo cake normal, pero puede hacerse en molde desmontable y en este caso no se vuelca para desmoldarlo y queda a la vista la parte superior.
Batimos los huevos con la sal y el azúcar hasta que quede disuelta. Añadimos la almendra y mezclamos bien.
Y por último añadimos la nata (o la nata y leche) mezclamos hasta que quede homogéneo el batido.
Encima ponemos la mitad de las cerezas y regamos con el batido. Ponemos otra capa de brioche y repetimos los mismos pasos: el resto de las cerezas y el batido. De momento quedará batido por encima, hasta que las rebanadas vayan remojando.
Es importante esperar a que el brioche absorba el líquido antes de meterlo al horno porque si no se cuajará la parte de arriba y quedará como una capa de flan y el pudin seco.
Humedecemos una cucharada de azúcar salpicándolo con agua y lo echamos por encima en montoncitos.
Cocemos en el horno precalentado a 180º hasta que esté cuajado unos 35 minutos. Dependiendo del molde puede necesitar unos minutos más. Es preferible hacerlo al baño María o poner un recipiente con agua (o función vapor si nuestro horno la tiene) para que no se reseque.
Dejamos que entibie antes de desmoldarlo.
Espero que os guste y que este año la cosecha sea tan buena como esta prometedora floración.