El risotto es básicamente un arroz salado en cuya preparación se potencia que el arroz suelte gran parte del almidón, con un arranque de vino y sucesivas porciones de caldo, removiendo casi continuamente. Después de la reducción del vino se le pone el ingrediente principal y a falta de unos minutos  de cocción se añade un queso rallado, habitualmente parmesano.

El acabado del plato es un arroz cremoso, no caldoso, justo que podamos tomar con tenedor, pero sin que quede un grano suelto.

El risotto admite un gran abanico de  preparaciones , desde las más sencillas, como el risotto al azafrán, hasta las mas sofisticadas como el risotto de beluga y champán.

Hoy vamos a tirar por la calle del medio, y nos quedamos con un risotto de mejillones. El mejillón es rico de todas las maneras (o al menos a mí me lo parece), pero con arroz queda delicioso.

Ingredientes

200g de arroz

150 de mejillones limpios

 Una cebolla mediana

30 g de mantequilla  o

30 ml de aceite

½ vaso de vino blanco seco

Caldo de pescado (2 medidas)

80 g de parmesano rallado

1 cucharada de sofrito

Sal

Ponemos a calentar el caldo ( si usamos parte de agua de los mejillones, poner solamente un tercio del liquido total, y cuidado con la sal).

Pelamos la cebolla y la cortamos muy fina (no totalmente triturada). La ponemos a pochar en  aceite o mantequilla, a nuestro gusto. Cuando la cebolla esté tierna y transparente añadimos el arroz y removemos sin dejar que se tueste hasta que el grano este ligeramente transparente.

Añadimos el vino y removemos hasta que se evapore el alcohol y el arroz quede sin caldo. En este momento si vamos a poner sofrito, lo echamos y mezclamos.

Ponemos los mejillones cortados más o menos finos según nos gusten ( yo tengo las dos versiones , unos picados y otros prácticamente enteros.

Vamos añadiendo cacitos de caldo y removiendo de vez en cuando. Dejamos secar el arroz antes de añadir el siguiente cazo de cado, cuando al arroz le falten como 5 minutos añadimos el resto del cado, y ponemos el queso rallado.

Dejamos que repose  10 minutos al calor, pero con el fuego apagado, y tenemos el risotto listo para servir.

No he mencionado la sal, porque entre los mejillones y el agua de abrirlos será suficiente. Pero podéis probar y rectificar de sal si encontráis que está soso.

Espero que os guste.

Soy un desastre para las fechas, pero por suerte tengo estupendas amigas que no se les pasa una. Hoy es el cumple de Marga, (Morguix, de El puchero de Morguix) y aquí estoy para felicitarla a día pasado, pero no necesito un día concreto para decirle lo muy especial que es para mí.

FELICIDADES!!!, amiga.

Marga es  especial en muchas cosas, tunea como nadie, rellena los pimientos magistralmente y todo lo que sea susceptible de ser rellenado, expertísima recopiladora, y artista con la aguja, pero sobre todo es una persona encantadora y una buena amiga.

 Prepara  unos postres deliciosos casi sin azúcar. Así que su tarta tenia que ser también especial: suave, ligera y nada empalagosa, que se deje comer sin cargo de conciencia…

No es una mousse estrictamente hablando porque no lleva nata, solo un merengue mezclado con arroz con leche. Es una receta de Hilda, la podéis ver AQUÍ. Os recomiendo una visita a su blog Entre alacenas y fogones, para mí un blog lleno de magníficas recetas , rigurosas y creativas a la vez.

Ingredientes:

500g de arroz con leche

4 claras de huevo

 2 cucharadas de azúcar

3 hojas de gelatina

2 cucharadas de leche

Una pizca de sal

Una base de capuchina

Almíbar ligero

Preparamos un molde desmontable o un aro sobre la bandeja. Ponemos en el fondo una capuchina cortada a la medida de forma que quede bien ajustado a las paredes del aro.

Calamos con el almíbar y lo metemos al frigo.

Ponemos las hojas de gelatina a hidratar en agua fría.

 Trituramos  el arroz con leche (preferiblemente frío del frigorífico). Lo ponemos en un bol amplio, reservando unas cucharadas que pondremos junto con la leche al fuego.

Antes de que empiece a hervir echamos la gelatina bien escurrida y removemos hasta que se disuelva.

 Mezclamos la crema con la gelatina con el arroz triturado. Reservamos.

Montamos las claras con una pizca de sal  a punto de nieve bien firme. Añadimos el azúcar en forma de lluvia y seguimos batiendo hasta que esté firme y brillante.

Tomamos dos cucharadas de merengue y las mezclamos con el arroz. Vamos echando esta mezcla sobre el resto del merengue mezclando con cuidado con movimientos envolventes para que no se baje.

Sacamos el bizcocho del frigo y rellenamos con la espuma de arroz. Alisamos con la espátula

Y la volvemos a meter al frigo por lo menos dos horas.

Al momento de servirla, espolvoreamos con azúcar y quemamos con la pala o con el soplete.

Espero que te guste, Marga. Va por ti.

Qué cierto es que lo prohibido nos atrae especialmente, o lo que nos resulta inalcanzable. Cuando Parmentier le regaló a la reina María Antonieta  un ramito de flor de patata  y en la corte empezaron a preparar platos con este ingrediente,  y las  sembraron en huertos vigilados por guardianes reales, los parisinos comenzaron a interesarse por aquel “preciado tesoro” , entrando a robarlo por las noche: La patata pasó de ser despreciada a ser un manjar real.

Y para mí sigue siendo un manjar  y la base de los platos más deliciosos.

Uno de los platos de patata más ricos, son las patatas rellenas.

Ya he publicado las rellenas de carne, hoy las  he rellenado con bonito en conserva (podrían hacerse con bonito fresco). Es una receta de lo más agradecida, fácil de hacer y  siempre es un éxito en la mesa.

Ingredientes:

Patatas de tamaño igualado

200 g de bonito en aceite

150 g de sofrito

Sal

Ajo molido

50 ml de vino

2 cucharadas de aceite

100 ml de caldo o agua

Preparamos el relleno desmenuzando el bonito y mezclándolo con la mitad del sofrito. Reservamos.

Pelamos las patatas y las vaciamos (podemos usar el sacabolas o cualquier vaciador especial). Yo usé un vaciador de espiral.

Rellenamos las patatas con el preparado de bonito.

Ponemos en la olla el resto de sofrito con el aceite rehogamos y echamos el vino. Ponemos las patatas y las espirales que hemos sacado y les damos una vuelta para que tomen el sabor del sofrito.

Sazonamos con sal y ajo en polvo y añadimos el caldo. Tapamos la olla y las cocemos a máxima presión  8-10 minutos dependiendo del tamaño de las patatas.

Dejamos que la olla pierda presión y abrimos.

Se sirven bien calientes.

Espero que os gusten.

La carne del cocido o de hacer un caldo en casa  es un “problema”. Aunque tomemos algo con los garbanzos, no pasa de un mero “picar” y siempre sobra. Y si es de un caldo sobra entera.

Se supone que ha dejado en el caldo o en el cocido lo mejor de su sabor. Para aprovecharla hay que enriquecerla con una buena salsa que le devuelva jugosidad y gusto.

Por eso no suelo usarla para croquetas, y prefiero hacer empanadas o empanadillas, añadiéndole una salsa de tomate casera y una buena ración de sofrito.  Se le puede añadir también, huevo cocido o jamón en taquitos finos (esta vez no le puse)

Si en casa somos varios a comer podemos hacer una empanada grande, pero si es solo para una o dos personas hacemos empanadas de ración y las que no vayamos a tomar las podemos congelar a falta de hornearlas. Mi hija se ha llevado hoy dos para cenar cuando llegue a Madrid.

Ingredientes:

Carne de cocido

1 cebolla grande

½ k de tomate natural

100 g de sofrito

75 ml de aceite

 Ajo en polvo

Sal

Hojaldre

Huevo batido

Quitamos los huesos a la carne, las telillas y la desmenuzamos o la cortamos (a mí me gusta en trocitos no muy pequeños, pero eso es al gusto de cada uno). Reservamos.

Pelamos la cebolla y la cortamos en juliana. La ponemos a pochar con el aceite, a fuego lento. Pelamos y rallamos el tomate si usamos tomate natural. Cuando la cebolla esté blanda y con un poco de color, añadimos el tomate y el ajo molido.

Removemos y sazonamos con sal. Dejamos  que se fría como para hacer una salsa de tomate antes de agregar el sofrito (que ya está hecho y no necesita cocción).

Mezclamos bien y echamos la carne, dejamos unos minutos para que tome el sabor de la salsa. Apartamos del fuego y dejamos que enfríe un poco antes de ponerlo en el hojaldre.

Extendemos la(s) lámina(s) de hojaldre. Si solo hacemos una empanada  forramos con una de las láminas  un molde, rellenamos con la carne y tapamos con otra plancha de hojaldre.

 Si vamos a hacer empanadas más pequeñas cortamos trozos de masa de dos en dos (para el fondo y para tapar).

 Ponemos el relleno sobre el hojaldre, tapamos con otro trozo de hojaldre y presionamos los bordes. Recortamos un poco los bordes con el cortapasta para sellar la empanada.

( Si vamos a congelar, este es el momento, envolvemos las empanadas en el propio papel del hojaldre y luego con film).

 Pintamos con huevo batido y metemos al  horno precalentado a 200º unos 20 minutos, hasta que veamos que el hojaldre esté dorado.

Sacamos del horno, y podemos tomarla caliente o fría. Si tenemos la empanada hecha del día anterior le devolvemos la tersura y  el crujiente metiéndola cinco minutos al horno.

Espero que os guste.

Casi del horno al blog. Este bacalao lo hemos tomado al mediodía, María y yo.

Es bacalao fresco, skrei, el bacalao más exquisito del mundo. La receta la saqué de un folleto que edita www. mardenoruega. es: Skrei a la bilbaína. El único cambio que hice fue quitar las guindillas, porque el picante no me viene bien, pero que recomiendo no quitarlas si podéis tomarlas.

El trozo que preparé era un cuarto superior, con su lomo y la parte de ventresca. Pedí en la pescadería que le quitaran la espina.

Ingredientes:

Cogote de skrei

4 dientes de ajo

1 guindilla

Perejil picado

100 ml de aceite

30 ml de vinagre de Jerez

 Se lava el bacalao y se seca ligeramente con papel de cocina. Se pone una sartén con una cucharada de aceite y se marca el bacalao por los dos lados.

Pasamos el bacalao a una fuente de horno ( precalentado a 200º) unos 5 minutos.

Mientras, en la sartén en que hemos sellado el bacalao ponemos el resto del aceite  y ponemos los ajos fileteados hasta que estén dorados. Retiramos  del fuego y añadimos la guindilla cortada en aros y el vinagre, removemos para que emulsione.Mantenemos caliente.

 Sacamos el bacalao del horno y lo pasamos a la fuente de servir, echamos la salsa por encima del bacalao.Se espolvorea con perejil picado.

Servir inmediatamente, y a disfrutar!.

 Espero que os guste