Las tortitas de patata son muy socorridas para acompañar muchísimos platos, huevos fritos o revueltos, embutidos frescos, hamburguesas … en general pueden sustituir la guarnición de patatas fritas o la rebanada de pan de un montadito.
Son muy sencillas de preparar y hacen unos platos muy vistosos. Las preparé con morcilla fresca de Salamanca, huevo frito y pimientos asados.
Freír la morcilla no tiene mayor ciencia que poner las rodajas de morcilla cuando la sartén con un hilo de aceite esté bien caliente, dar la vuelta a las rodajas para que queden crujientes. Reservar.
Lo de freír el huevo ya es otro cantar. ¿Cómo se debe freír un huevo? , ¿En aceite caliente?, ¿fría? ¿Con los bordes dorados? ¿Con la yema bien hecha?.... muchas preguntas, que creo que se contestan del tirón: El mejor huevo frito es el que hacemos a nuestro gusto. A mí me gustan con la clara bien hecha, sin encajes, con la yema crudita….
Ya tenemos la morcilla y el huevo… vamos a preparar una tortita de patata:
Patatas
Una cucharada de aceite
Sal.
Pelamos las patatas y las rallamos con un rallador grande o con una mandolina con la cuchilla de agujeros grandes.
Ponemos el aceite en una sartén en la que quepa el aro del tamaño que queramos la tortita.
Esperamos a que esté caliente la sartén y echamos la patata rallada y salada. Extendemos para cubrir el fondo y con la pala presionamos para compactar. Cuando ya se vean los bordes un poco dorados retiramos el aro y damos la vuelta a la tortita para hacerla por el otro lado.
Sacamos al plato y ponemos encima la morcilla y el huevo, acompañamos con pimientos asados y un poco de cebolla confitada.
Como decimos en Asturias, me prestó por la vida, lo que viene a ser que disfruté a tope con este plato.
Podemos “personalizar” el plato y acompañar las tortitas con lo que nos apetezca.
Espero que os guste.