Algún nombre había que ponerle a esta tarta! Y creo que “tarta improvisada” ya está cogido.
Si algo me hace sentir desvalida , es abrir el frigo y encontrar que no hay ni un huevo…
Y como casi siempre , de eso se encarga Murphy, sucede a horas imposibles. Así que nada de puding, nada de flan, bizcocho tampoco, ni natillas, de tocinillo ni hablamos… y necesito un postre aparente….
Una plancha de hojaldre ( solo queda una!), un brick de nata, una tarrina de gelatina de melocotón ( de eso sí tengo reserva), y unas nueces para caramelizar… y esto es lo que salió.
Se forra un molde rectangular con el hojaldre,
y se pincha ligeramente el fondo, y no los laterales para que al hornear coja forma de cuna.
Se hornea en blanco ( sin rellenar, y sin ponerle peso).
Mientras se hace el hojaldre caramelizamos las nueces con dos cucharadas de azúcar, unas gotas de limón y unas cucharadas de agua, hacemos el almíbar a punto de caramelo, bañamos las nueces y cuando enfríen las pasamos por la sartén con aceite bien caliente.
Montamos la nata con dos cucharadas de azúcar glas y una de azúcar normal.
La ponemos en la manga y la metemos al frigo hasta el momento de usarla.
Sacamos el hojaldre del molde y lo dejamos enfriar .
Hacemos un “colchón” de nata en la cuna.
Sobre la nata con una cucharilla ponemos bolitas de gelatina de melocotón ( podría ser otra clase de gelatina, o mermelada).
Y cubrimos con otra capa de nata,
echamos por encima las nueces caramelizadas …
y misión cumplida… ya puede venir la peque.