Las sardinas frescas son un lujo tanto para la salud como para el paladar… y hasta para el bolsillo, porque ese prejuicio de que solo lo caro, carísimo es exquisito y glamouroso viene de antiguo.
A propósito de la sardina cuentan: que los vecinos de Tazones ofrecieron sardinas al recién desembarcado Carlos I. El joven emperador, complacido por el desconocido manjar, pidió disponerlas en palacio, algo que la Corte, una vez conocido su bajo costo, descartó tajantemente: ‘Considere su Majestad que poseen sabor de villanía’ ‘Como una sana moza de aldea que os puede endulzar una noche de escapada pero a la que jamás introduciríais en palacio’.
Las sardinas trechadas son una receta tradicional asturiana. Consiste en un emparedado de sardinas abiertas y sin espinas relleno.
Las rellené con jamón y queso, pero admiten otros rellenos, personalmente el de pisto me parece delicioso.
Se limpian las sardinas quitándoles cabeza, espina y cola . se abren sin llegar a separar los lomos.
Se lavan y se secan con papel de cocina.
Sobre una sardina se pone una loncha fina de jamón, encima unas tiras de queso y se tapa con otra sardina,
se presiona un poco para compactarlas y que no se abran.
Se salan y se pasan primero por harina y luego por huevo.
Se fríen en aceite abundante, dándoles la vuelta para que se hagan por los dos lados.
Sacamos sobre papel de cocina y ya están listas para llevarlas a la mesa.
El acompañamiento depende del relleno que lleven ,
desde una salsa de tomate a una ensalada o unas patatas fritas…
Espero que os guste.