Esta receta (o el nombre) es como para matarme, pero como dice la dedicatoria de El Principito,” Pido perdón a todos por haber llamado a “esto” pizza. Pero, tengo una excusa, estoy a dieta, y cuando se está a dieta, una se vuelve caprichosa. Tengo otra excusa, estos días vivo entre manjares y maravillosas tentaciones a las que es difícil resistirse y no caer aunque sea en un “pecado mental”. Si todas estas excusas no son suficientes, quiero cambiar el título de la entrada. Corrijo, pues, el nombre de la receta:
Sueño de pizza en tiempos de dieta.
De las creps de ayer me sobraron dos, y como una vez frías no me gustan nada, y como tampoco me gusta tirar comida, había que solucionar el dilema… una pizza de dieta!.
Si queréis hacerla para dieta de adelgazamiento, podéis ponerle un poco de queso rallado bajo grasa, o unos quesitos light. Yo no quise añadirle nada de queso porque mi dieta es para bajar el colesterol.
Ingredientes:
2 creps finitos o uno más grueso
Tomate natural triturado
Bonito en aceite escurrido
Aceitunas negras sin hueso
Ponemos las creps sobre la bandeja de horno ( forrada con papel de horno o una lámina de teflón).
Extendemos el tomate sobre las creps en una capa fina. Escurrimos el bonito y lo desmenuzamos un poco (si la dieta no es muy estricta, podemos poner un poco de aceite por encima del tomate).
Ponemos el bonito sobre el tomate.( y si queremos , esparcimos un poco de queso rallado que funda bien)
Cortamos las aceitunas al medio y las ponemos intercaladas entre el bonito.
Metemos al horno precalentado a 200º calor arriba abajo 10-12 minutos.
Pasamos al plato y lista para “engañar” al cuerpo!.
Esta “pizza” sí o sí hay que tomarla con cubiertos. Los creps aunque estén crujientes no aguantan el peso del relleno.
Ya sé que es mucho esperar, pero por costumbre, espero que os guste.