Un postre ligero, dentro de lo que cabe, para estas fechas.
Después de una comida o una cena copiosa un postre de fruta , refrescante y no muy empalagoso viene que ni pintado. Incluso se puede aligerar un poco sustituyendo el azúcar por edulcorante y la nata por leche evaporada, al final, casi, casi de dieta.
No da mucho trabajo y teniendo las torrijas remojadas se monta sobre la marcha.
La receta de la torrija me la dio Pedro Morán después de haberla tomado con un sorbete de vainilla en su casa.
Ingredientes:
1 piña
Pan de miga consistente
200 ml de nata
200 ml de leche
3 o 4 cucharadas de azúcar
Una vainilla
Azúcar para quemar
Se pone a hervir la leche y la nata con el azúcar y la vainilla. Se deja cocer cinco minutos y se deja entibiar.
Cortamos rebanadas gruesas (3 cm aprox.) y quitamos la corteza haciendo barritas o cubos de miga. Las ponemos en una fuente plana y cuando la leche esté templada bañamos las torrijas con ella. Les vamos dando la vuelta de vez en cuando para que se empapen bien. Reservamos. Podemos dejarlas preparadas con antelación.
Cortamos la piña en rodajas y las pelamos.
Ponemos una rodaja de piña en cada plato, espolvoreamos con azúcar y quemamos con la pala o con soplete.
Colocamos encima de la piña trocitos de torrija.
Espolvoreamos con azúcar y quemamos con el soplete hasta que se caramelice el azúcar.
Se puede acompañar con unas frambuesas.
Listo el postre para llevarlo a la mesa.
Espero que os guste.