El Real Balneario de Salinas
Posiblemente no sea objetiva al hablar de El Real Balneario de Salinas, quizá porque es mucho más que un restaurante para mí. Son muchos recuerdos de momentos, de compañías, de deliciosas platos, de interminables sobremesas, todo en un marco incomparable a la orilla del mar, un yate de lujo capitaneado por la saga de los Loya.
Si tuviera que definir a Miguel Loya en una palabra sería Elegante, con mayúscula. Elegancia que se transmite al restaurante y a sus platos, sin ostentaciones innecesarias y con un purismo que cautiva.
Sus hijos, Isaac y Javier, han seguido sus pasos. Tras la salida de la cocina de El real Balneario de Javier Loya, el mayor de los hijos de Miguel, para atender los otros restaurantes de la familia, el más formal Deloya en Oviedo, el informal Avant Garde en Gijón, se hizo cargo su hermano Isaac. Una sucesión sin sobresaltos, que mantiene la línea de los fogones de los Loya, basada en la excelencia de sus productos.
Para que os deleitéis un ratito os dejo el enlace del restaurante, y comprobéis que mi devoción es bien merecida.
http://www.realbalneario.com/
Aún pecando de atrevimiento os prepongo la receta de unos de sus postres. Espero que lo entendáis como un humilde homenaje.
Milhojas de frambuesa con crema de vainilla
Éste es el postre que sirven en El Balneario:
Y aquí mi milhojas:
He preparado las milhojas con pasta filo, pero puede hacerse con hojaldre. La crema, una natilla de vainilla, frambuesas y una nata semi montada.
Ingredientes:
Pasta filo
1 yema
Un vaso de leche
1 cucharada de azúcar
1 vainilla
15 g de maizena
200 ml de nata para montar
2 cucharadas de azúcar glas
Azúcar glas para decorar
Se superponen cuatro hojas de pasta filo pinceladas con mantequilla fundida.
Se cortan rectángulos de 10X 6 cm aprox, y se hornean a 180º hasta que estén dorados. Se reservan.
Se pone en un cazo la yema, el azúcar, la maizena y la vainilla. Se mezcla bien con las varillas, y se va añadiendo la leche previamente hervida.
Se lleva al fuego y se cuece hasta que espese sin dejar de remover.
Se monta la nata (tiene que estar bien fría), y se añade el azúcar glas. Se deja con una consistencia de crema fluida.
Se lavan las frambuesas y se secan sobre papel de cocina.
Montamos el plato poniendo las láminas de filo, una cucharada de crema de vainilla, las frambuesas y una cucharada de nata.
Se repite otra capa y se acaba con una hoja de pasta filo. Se espolvorea con azúcar glas y se acompaña con una mousse de frutos rojos.
Espero que os guste.