La mayoría de las veces tardamos más en pensar que hacemos de postre, que en prepararlo.
En casa nunca tomamos la fruta después de la comida, así que suelo tener un postre casero, sencillo y que no entretenga mucho.
Muchos de esos postres llevan una crema, crema pastelera, crema de yema, crema de arroz, de chocolate o de vainilla. Se hacen en un momento y con un poco de imaginación podemos preparar un postre para poner un final feliz a la comida.
Estas empanadillas de hoy son un buen ejemplo: empanadillas de crema pastelera ligera.
El acabado podemos hacerlo en la sartén o al horno para quien quiera quitar unas calorías al postre.
Ingredientes:
Obleas de empanadillas
1 yema
1 huevo
300ml de leche
4 cucharadas de azúcar
Piel de limón
Palo de canela
30 g de maizena
Aceite para freír
Mezcla azúcar-canela
O azúcar húmedo
Leche para pincelar
Sacamos las obleas a temperatura ambiente para que estén manejables y flexibles.
Ponemos la leche a hervir con tres cucharadas de azúcar, la piel de limón y el palo de canela. Lo dejamos infusionar unos minutos.
En un cazo ponemos el huevo entero, la yema, una cucharada de azúcar y una cucharada de maizena. Mezclamos bien con las varillas hasta que no queden grumos. Sin dejar de batir y fuera del fuego vamos añadiendo la leche. Una ver incorporada toda la leche lo llevamos al fuego y sin dejar de remover cocemos hasta que espese.
Pasamos la crema a una manga pastelera con la boquilla grande de croquetas.
Extendemos las obleas quitando de los papeles que las separan.
Con la manga ponemos una porción de crema en el centro de cada oblea.
Doblamos y sellamos los bordes presionando ligeramente. Acabamos de cerrarlas con un tenedor o haciendo un reborde doblado.
Para las empanadillas fritas:
Ponemos abundante aceite en la sartén y cuando esté caliente freímos las empanadillas en tandas, para que no se peguen entre ellas. Se doran por los dos lados y se sacan sobre papel de cocina.
Se rebozan en una mezcla de azúcar con canela.
Se pueden tomar frías o tibias.
Para hacerlas al horno:
Una vez cerradas las pintamos con leche y les ponemos encima un poco de azúcar que habremos humedecido salpicándolo con agua.
Las ponemos en la bandeja de horno sobre un teflón. Horneamos a 180º hasta que estén doradas.
Espero que os guste.
* es conveniente poner un cacharro con agua en el horno, si nuestro horno no tiene función vapor. Así queda una empanadilla mas blanda, aunque siga crujiente.