El crocanti más conocido y que encontramos con más facilidad en el super es el de almendra. Pero puede hacerse con otros frutos secos, avellanas, nueces… incluso de pan rallado.
Es muy sencillo de preparar y viene muy bien para presentaciones de postres, cremas, yogures, para adornar tartas o para incluirlo en recetas de pan dulce o bizcochos.
En este caso es un crocanti de avellana, para una tarta, pero los pasos a seguir son los mismos para cualquier crocanti.
Aquí partimos del fruto seco crudo y sin pelar, para ver todo el proceso, pero puede hacerse con avellanas ya tostadas.
Ingredientes: 100 g de avellanas, 3 cucharadas de azúcar (blanquilla o moreno).
Se puede tostar la avellana con la cascara dura o quitársela y tostarla con la piel finita. Si las tostamos con cascara no corremos el riesgo de que se nos quemen demasiado por un ladoy queden blancas por otro.
Metemos las avellanas al horno a 220º sobre la bandeja, las tenemos unos diez minutos removiéndolas cada poco. Dejamos enfriar y pelamos con el cascanueces.
Ponemos las avellanas ya tostadas en la picadora y las picamos sin que lleguen a ser harina, que queden trocitos.
En una sartén de fondo grueso ponemos el azúcar y echamos la avellana picada.
Removemos continuamente hasta que se funda el azúcar y coja un color dorado.
Retiramos del fuego y seguimos removiendo para que el crocanti quede suelto.
Dejamos enfriar.
Asi, ya lo tendríamos listo para usar. Pero si queremos un crocanti más fino casi en polvo para mezclar en rellenos, lo volvemos a pasar por la picadora.
Espero que os guste.