Por humilde que sea un pescado, si está fresco y lo preparamos con una buena receta, puede convertirse en una exquisitez.
El chicharro o jurel, es muy sabroso. Me gustan especialmente los de tamaño pequeño, de ración. Para confitarlo, lo mejor es hacerlo en filetes limpios y desespinados. Nos lo pueden preparar en la pescadería, pero no es difícil hacerlo en casa.
El chicharro confitado tiene un sabor muy natural y más suave que con otras formas de coninarlo, por lo que admite una salsa intensa y fuerte. Le puse una salsa de anchoas y me pareció muy buena combinación. Lo acompañé con una crema de patata.
Ingredientes:
Chicharros.
Dos dientes de ajo.
Sal.
Aceite de oliva.
Para la salsa:
Aceitunas negras.
Anchoas en aceite.
El aceite de las anchoas.
Para la crema de patata:
Patata cocida.
Leche.
Una nuez de mantequilla.
Una cucharada de nata.
Sal.
Nuez o pimienta (opcional)
Limpiamos el pescado, y hacemos dos filetes, cortando con un cuchillo afilado a lo largo de la espina central. Con una pinza retiramos las espinas de los lomos. Sazonamos con sal.
En una sartén honda ponemos abundante aceite y la ponemos al fuego hasta que esté templada .Echamos los dos dientes de ajo y los filetes de pescado. Mantenemos el aceite a baja temperatura (65º-75º). Hacemos los filetes cuatro minutos por cada lado. Los sacamos y reservamos.
Preparamos la salsa poniendo en el mortero las aceitunas picadas y los filetes de anchoa también picados. Majamos hasta que esté homogéneo. Añadimos en un hilo el aceite de las anchoas y ligamos.
Hacemos la crema de patata, añadiendo a las patatas cocidas y pasadas por el pasapurés la leche, mantequilla, nata, sal y pimienta y mezclamos con las varillas.
Emplatamos colocando los filetes de chicharro confitado sobre un fondo de crema de patata, y una cucharada de salsa de anchoas.
Espero que os guste.