Hacer un caldo no tiene mucha ciencia, al menos para quienes llevamos tiempo cocinando. Pero cuando conocemos a alguien que se está estrenando en los fogones, sabemos que agradecen hasta las cosas más básicas.
A mi me resulta imprescindible tener un caldo sabroso a mano en temporada de dietas. Lo aprovecho para dar sabor a muchos platos y para preparar salsas ligeras que dan vida a recetas light.
La idea básica de cualquier caldo es extraer al máximo el sabor de las carnes, pescados o verduras. Para esto se necesita tiempo aunque usemos ollas rápidas. Otra consideración es que antes de taparlos hay que dejarlos que hiervan a fuego vivo y con una espumadera espumarlo retirando toda la espuma y las impurezas. En este momento, y no antes, añadimos las hebras de azafrán.
En este de he puesto carne de ternera y gallina, pero puede hacerse caldo solo de carne (ternera) o solo de ave (pollo o gallina). En ambos casos se puede poner una punta de jamón y un hueso también de jamón ( en los caldos de dieta no pongo jamón).
Ingredientes:
½ kg de morcillo (chamón, jarrete)
¼ de gallina
2 huesos frescos de caña o de rodilla
1 puerro
1 zanahoria
½ cebolla
1 rama de perejil
Azafrán en hebra
Sal
1 ½ litro de agua.
(Opcional, ajo y apio)
Se pone en la olla: las carnes y huesos, las hortalizas en trozos, el perejil y se cubre con el agua (si se hace en la olla a presión respetar el límite de llenado). Se lleva a fuego vivo hasta que rompa a hervir, se cuece 5 minutos hasta que se forme la espuma.
Se pasa la espumadera por agua fría y se quita la espuma. Se deja unos minutos mas hasta ver que ya no se forma más espuma. Se pone la sal y el azafrán. Se tapa la olla y se cuece a máxima presión 45-60 minutos.
Para caldos que no sean de dieta se pone un hueso de jamón, una punta de jamón y si se quiere un chorrito de aceite.
Para hacer el cado en una olla tradicional se siguen los mismos pasos y se cuece una hora y media. Si queremos hacer un fondo (caldo concentrado) dejamos reducir el caldo a la mitad sin añadir más agua.
Una vez cocido, se sacan las carnes y las hortalizas (las aprovecharemos para hacer croquetas, empanadillas, empanadas o pasteles de carne). Se tiran los huesos y se cuela el caldo en otra cazuela o en un tupper. Se deja enfriar y se mete al frigorífico unas horas.
Antes de usar el caldo lo desgrasamos quitándoles la capa de grasa que se habrá formado en la superficie y que al estar frio es solida.
Tenemos el caldo listo para usarlo en sopas, guisos o salsas.
Espero que os guste
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