Habitualmente las recetas de calabacín relleno son calientes, el aperitivo que he preparado hoy son unos calabacines fríos con crema de salmón. Son muy refrescantes y muy fáciles de preparar.
Con un acabado de una flor de salmón ahumado resultan muy vistosos y seguro que sorprenden gratamente a nuestros comensales. Podrían hacerse también con pepino si os gusta más. En este caso los usamos crudos.
Ingredientes:
2 calabacines
150 g de philadelphia con salmón
100g de mascarpone
2 cucharadas de nata
150g de salmón ahumado
Eneldo
Sal
Rodajas de limón
Elegimos unos calabacines rectos y tiernos. Cortamos los extremos y partimos cada uno en tres o cuatro trozos. Los ponemos en la olla con agua y sal.
Se cuecen hasta que estén tiernos, sin que se deshagan. Los sacamos escurridos sobre una rejilla y dejamos que enfríen.
Mientras preparamos la crema para el relleno. Ponemos en un bol el queso filadelfia con salmón, el mascarpone y la nata, mezclamos hasta que quede una crema homogénea. Añadimos dos buenas ramas de eneldo fresco, picado muy fino y mezclamos.
Se pasa la crema a una manga pastelera con una boquilla de estrella. Reservamos.
Para este aperitivo me gusta usar lomos de salmón sin cortar y filetearlo un poco más grueso que el que ya viene en lonchas porque queda más jugoso y con menos aceite.
Cortamos tres filetes por trozo de calabacín. Los enrollamos en forma de flor y los vamos colocando en una bandeja. Reservamos.
Cortamos las rodajas de limón en cuñas y reservamos.
Una vez fríos los calabacines, vaciamos los trozos sin llegar al fondo (podemos usar este calabacín para hacer una crema o unos buñuelos).
Rellenamos los calabacines con la crema de la manga. Ponemos una flor de salmón en cada uno. Adornamos con un trozo de limón y una ramita de eneldo.
Los metemos al frigo hasta el momento de llevarlos a la mesa.
Espero que os guste.