Las salsas suelen ser poco compatibles con las dietas, por lo ricas que están y por la tentación de ponernos a mojar pan como si no hubiera un mañana. Pero también es cierto que de vez en cuando se agradece un plato con salsa.
Hay trucos para hacerlas sin romper la dieta, como es el caso de estos champiñones.
Son salsas ligadas con algún espesante, gelespesa, maizena express, xantana, que sin aportar ni cambiar el sabor del plato le da una textura cremosa. Yo he elegido gelespesa, que con muy poca cantidad, sin casi aporte de calorías cambia totalmente el aspecto del plato.
Ingredientes para dos personas:
1 bandejas de champiñones
2 huevos
Un chorro de vino blanco
2 cucharadas de aceite
1 vaso de caldo de verduras o agua (200 ml)
1 cucharadita de gelespesa
Sal
Limpiamos los champiñones y los laminamos si son enteros (yo use ya laminados). Ponemos el aceite en una sartén amplia y salteamos los champiñones, primero a fuego alto y luego lo bajamos. Ponemos sal y removemos de vez en cuando hasta que estén hechos.
Echamos el vino y dejamos evaporar. Para disolver el gelespesa o bien calentamos el caldo o lo añadimos a la sartén después de poner el caldo. Dejamos que espese y servimos.
Yo los acompañé con huevo escalfado. Ponemos sobre un vaso o una taza film untado en aceite, echamos dentro el huevo con una pizca de sal, cerramos el paquete y lo enganchamos en una brocheta antes de ponerlo a cocer en un cazo con agua. Dependiendo de lo hecho que nos guste lo tenemos unos minutos ( a partir de tres minutos ya coge forma).
Sacamos, abrimos y lo colocamos encima de los champiñones.
Espero que os guste.
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