No es la presentación típica de la quesada, lo sé.
Suele hacerse en un molde bajo cuadrado, pero a la hora de hacer porciones no quedan iguales, unas son de la parte del centro, otras de los bordes, y así en moldes individuales quedan uniformes.
Me gusta que tenga esa capita tostada por fuera y el centro jugoso, pero eso va en gustos.
La mejor quesada que recordaba era la que nos preparaban en Espinama junto con el avituallamiento para pasar unos días en Áliva, en una casa en medio de la nada. En su momento me dieron la receta, pero nunca llegué a hacerla quizá por miedo a que no me saliera tan deliciosa como aquella.
Esta receta es tradicional y auténtica donde las haya, me llegó de manos de Luis un compañero en un curso de cocina, y estupendo cocinero, que a su vez la conoció por su abuela, una mujer que con cien años seguía teniendo una actividad, un humor y un talante envidiable.
Y desde luego no me decepcionó, al contrario, me encantó y la repito con cierta frecuencia.
Luis me la escribió y por si no conseguía cuajo, me dio la opción de usar cuajada, porque curiosamente la quesada no lleva queso, solo leche cuajada.
Hice media receta, con 2 huevos pequeños. Las tazas en medida de volumen son de 240 ml, en peso de harina 140 g/taza y en azúcar 180 g/taza.
Lo primero es cuajar la leche, una o dos horas antes sacamos la leche del frigo y añadimos una cucharadita de cuajo (5 ml) y removemos, o como indica Luis con un sobre de cuajada. tiene que quedar como un yogur (Yo os recomiendo hacerla con cuajo).
Untamos los moldes con mantequilla.
Cuando la leche ya esté cuajada, fundimos los 125 g de mantequilla.
En un bol batimos los huevos con el azúcar y añadimos la cuajada, mezclamos.
Ponemos la harina y batimos hasta integrarla, por último se echa la mantequilla fundida, mezclamos y ponemos en el/los molde/s.
O un segundo método: ponemos todos los ingredientes en un bol. Batimos con varillas manuales hasta conseguir una crema lisa, sin grumos y echamos en los moldes (con un grosor de unos dos cm).
Este es el procedimiento que sigo cuando tengo ayudantes de cocina jovencitos, para evitar accidentes con máquinas.
Horneamos en el horno precalentado a 180º unos 15-20 minutos (dependerá del tamaño).
Sacamos y dejamos que enfríe un poco para desmoldar. Si la hacemos en un solo molde cortamos rectángulos y servimos.
No necesita ningún acompañamiento,
pero si os gusta, podéis ponerle una compota de manzana o una cucharada de mermelada de frutos rojos.
Espero que os guste.