Las albóndigas son recetas casi universales, las nórdicas (las famosas albóndigas de Ikea), las de la cocina árabe y oriental. En nuestra cocina tradicional hay distintas recetas, quizá porque con un mínimo cambio tenemos resultados distintos.
Entre tanta albóndiga ponerse de acuerdo es casi imposible.
En casa a María las que más le gustan son de ternera con salsa de tomate, yo prefiero la salsa de cebolla, pero hay algo por encima de las diferencias que es que las albóndigas sean jugosas y blanditas.
Para conseguir unas albóndigas jugosas se necesita añadirles ingredientes como cebolla frita,sofritos de verduras, pisto, queso que se funda bien, yema de huevo, y evitar poner harina o pan rallado en la masa.
Las de queso van muy bien para acompañarlas con pasta. Si usamos quesos curados lo mejor es rallarlos muy finos, si son tiernos o semi curados podemos picarlos en la picadora.
Ingredientes:
300 g de carne de ternera picada
100 g de queso
1 cebolla grande o 2 medianas
1 o 2 dientes de ajo (o ajo en polvo)
Perejil
1 huevo pequeño
Sal
Salsa de tomate casera
Aceite para freír
La salsa de tomate se hace con cebolla picada y pochada, ajo y si queremos perejil. Cuando esté bien pochada añadimos tomate triturado y cocemos unos diez minutos. si no nos gusta encontrar la cebolla, pasamos la salsa por la minipimer.
Hacemos un sofrito con la cebolla picada el ajo y el perejil.
Rallamos o picamos el queso.
Ponemos la carne picada en un bol y añadimos la cebolla frita, el queso rallado, el huevo y la sal.
Mezclamos con una cuchara hasta que queden todos los ingredientes bien integrados.
Formamos las albóndigas y las freímos directamente o ligeramente pasadas por harina.
Una vez fritas las pasamos a la sartén con salsa de tomate.
Si las acompañamos con pasta, espolvoreamos con queso rallado y/u orégano.
Un plato completo rico para niños y adultos.
Espero que os guste.