¡No quepo en mí de gozo!
Desde el verano que probé estos macarons de maíz y sabadiego me quedé prendada y pillada, y como casi siempre, lo mejor es acudir a la fuente: José Antonio Campoviejo, que con la generosidad que le caracteriza me invitó a su cocina y me dedicó una tarde para prepararlos.
Acepté el reto de hacerlos en casa y hoy me puse manos a la obra.
Es un poco osado pretender emular a José Antonio Campoviejo, para mí, un genio, un maestro, un grande de la cocina, pero me encanta ser alumna aplicada y poder mostrarle el resultado de mis esfuerzos y sus enseñanzas.
Hoy no voy a poner la receta, porque el relleno de sabadiego lo tengo aún pendiente. Va a ser uno de los entrantes para estas fiestas.
Y como ya estamos en plena euforia de “alegría y felicidad, paz y amor” no se me ocurre mejor ocasión para compartir mi pequeña felicidad de hoy y desearos lo mejor para estas fiesta y felicidades cotidianas, pequeñitas, de andar por casa, para todos los días de siempre.
Gracias José Antonio, a ti y a toda tu gente.