Si digo que la cocina va cambiando, evoluciona (e involuciona), tiene modas, crea referentes, creo que no descubro nada nuevo. Lo mismo sucede con las recetas y sus nombres, importamos términos y recetas con sus nombres, que está muy bien, y luego las usamos indiscriminadamente, que no me parece tan bien, por impreciso y por innecesario.
Hace años se popularizó el lemon curd, una receta inglesa de una crema especifica de limón. Y no sé si por modernidad, cualquier crema cítrica se convirtió en “curd”: orange curd, mandarine curd… innovar está bien, pero sin liarse.
Esta crema, es crema de mandarina, hecha con zumo, yemas, azúcar y maizena.
La he rescatado de la carpeta de pendientes porque ayer compré las primeras mandarinas de la temporada y sorprendentemente están muy dulces. Para la crema me gusta que estén dulces para que quede el toque cítrico pero no muy ácido.
La combinación, naranja o mandarina con chocolate me gusta muchísimo ya sea en crema, en trufa o en frutas confitadas bañadas en chocolate.
Ingredientes:
400 ml. de zumo de mandarina
120 g. de azúcar
3 yemas
35 g de maizena (1 cucharada sopera)
Para el chocolate:
50 ml. de agua
100 g de azúcar
Para decorar:
Nata montada
Crocante de almendra
75 g. de chocolate negro. (Se puede usar sirope de chocolate comprado)
Reservar las pieles de las mandarinas. Para pelarlas cortar la piel alrededor de la mandarina y despegar los gajos con cuidado para que nos queden enteros los “cuenquitos”.
Exprimir las mandarinas y colar el zumo (no es imprescindible, pero queda la crema más fina).
Poner en un cazo, el azúcar las yemas y la maizena , mezclar con las varillas hasta que no quede ningún grumo. Añadir el zumo poco a poco y remover con las varillas.
Llevamos el cazo al fuego (bajo) y cocemos sin dejar de remover hasta que espese. No es necesario que hierva aunque al llevar almidón no se cortaría.
Para preparar el chocolate hacemos un almíbar con el agua y el azúcar dejamos hervir un minuto y echamos el chocolate troceado. Removemos con las varillas hasta que quede una crema ligera y brillante. Ponemos en un biberón.
Echamos en el plato un poco de crema de mandarina, y colocamos los cuencos de piel de mandarina encima o al lado, como más nos guste, los llenamos de crema.
Ponemos unos hilos de chocolate por encima de la crema. Para hacer plumas pasamos un cuchillo en líneas paralelas alternando la dirección.
La crema podría tomarse tibia, pero entonces solo la decoraríamos con el crocante porque la nata se desharía.
Para decorar con nata esperamos a que la crema esté fría y con la manga ponemos un botón de nata montada y encima el crocante.
Espero que os guste.