Ya sé que es ir a contracorriente, que no son los postres que se ven habitualmente en los blog o en los libros modernos de cocina. Pero no creo que eso signifique que tengamos que abandonar las recetas de toda la vida, y menos que las sustituyamos por los mil y un postres que se ofrecen en el súper.
Prueba de ello es que cuando los hacemos desaparecen del plato.
Estos buñuelos de naranja podemos rebozarlos en azúcar y tomarlos con bizcochitos de bocado, perfectos para una merienda, o ponerlos en almíbar de naranja hasta que queden completamente calados y tomarlos de postre.
Éstos últimos en Asturias los llamaríamos borrachinos, pero igual nos acusan de ser políticamente incorrectos jajajaja.
Ingredientes:
2 naranjas
2 huevos
2 cucharadas de azúcar (para la masa)
120-150 g de harina
8 g de impulsor
Sal
Aceite para freír
100 ml de vino blanco
1 vaso de agua
150 g de azúcar ( 200 g para los más golosos)
Piel de limón
Palo se canela.
Rallamos las naranjas y las exprimimos. Reservamos ralladura y zumo.
Empezamos preparando el almíbar para que se vaya haciendo mientras se nos ponemos con los buñuelos. En un cazo ponemos el vino, el agua, el azúcar, la piel de limón, el zumo de naranja (reservamos 2 cucharadas), el palo de canela y lo hacemos a fuego medio.
Para la masa: separamos las yemas de las claras. Batimos a punto de nieve las claras con una pizca de sal ( sin que queden demasiado firmes) añadimos el azúcar y batimos un momento más.
Ponemos la ralladura de las naranjas y las yemas y mezclamos. Echamos las dos cucharadas de zumo y mezclamos.
Incorporamos la harina junto con el impulsor tamizando por lo menos una vez. Mezclamos con suavidad hasta que quede la masa uniforme.
Ponemos en una sartén aceite y lo calentamos friendo una cáscara de limón para quitarle lo fuerte del sabor. Este paso no es necesario si usamos aceites de semillas (girasol, maíz…) pero a mí me gusta más usar aceite de oliva de 0.4 de acidez refinado.
Retiramos la piel de limón y empezamos a freír los buñuelos. Tomamos masa con la punta de un cucharón y la echamos al aceite empujando con el dedo, (para que queden esféricos los buñuelos y todos parejos hay que echar la masa verticalmente sobre el aceite y retirar igualmente la cuchara, para evitar picos).
Cuando se ven dorados por el fondo les damos la vuelta. Sacamos sobre papel de cocina.
Si queremos hacerlos sin almíbar, los pasamos por azúcar y listos para la merienda.
Una vez escurridos sobre el papel de cocina, los pasamos a una olla baja amplia en la que hemos puesto el almíbar colado.
Los dejamos hervir un par de minutos y retiramos del fuego.
Los dejamos enfriar en la olla antes de pasarlos a una fuente honda.
Al ser tan esponjosos absorben el almíbar y quedan totalmente calados, un bocado que se deshace en la boca.
Espero que os guste.