El bizcocho más simple que hay es el genovés, solo lleva huevos azúcar y harina. Es el bizcocho de uso preferente para tartas y brazos, pero en sí mismo es un bizcocho delicioso, ligero y esponjoso que puede convertir un desayuno o una merienda en toda una experiencia.
Se puede hacer de varias formas, las dos más populares son: blanqueando los huevos enteros (clara y yema) con el azúcar y acabar añadiendo la harina tamizada dos veces. Este modo de hacerlo se ha extendido gracias a los robots de cocina, que nos blanquean los huevos sin necesidad de estar pendientes y en algunos casos templando un poco el batido.
Otra forma es blanquear por separado yemas y claras con la mitad de azúcar en cada batido. Para hacerlo a mano es el método que más airea la mezcla, importantísimo en este bizcocho que no lleva levadura química.
Como es una receta tradicional, que se remonta a tiempos en los que pesar los ingredientes en casa no era fácil, suelen venir las cantidades en cucharadas. Una cucharada de azúcar y una de harina por huevo. Pasado a peso quedaría:
Huevos
30 g de azúcar por huevo
30 g de harina por huevo
Una pizca de sal
Ralladura de limón (opcional)
Mantequilla para untar el molde
Untamos el molde con mantequilla, paredes y fondo.
Ponemos en un bol los huevos, la pizca de sal y el azúcar y con las varillas blanqueamos hasta tener una textura de un merengue fluido.
Podemos templar poniendo el bol encima de una olla con agua caliente (sin que toque el agua).Para hacer la masa templada es preferible batir el huevo en un recipiente de cristal o metalico.
Tamizamos la harina sobre un papel de cocina, la recogemos y volvemos a tamizarla sobre el batido. Los hacemos en varias veces hasta terminarla, incorporándola con la espátula.
Echamos la masa en el molde y horneamos en el horno precalentado a 170º (si se tratase de una plancha lo pondríamos a 180º). Dependiendo del tamaño y del molde elegido será el tiempo de cocción. Para tres huevos en molde redondo de 20 cm se hizo en 20 minutos.
Desmoldamos y lo ponemos en el plato o tartera donde vayamos a servir.
Por encima quedan los típicos bulloncitos de este bizcocho que al enfriar quedará un poco arrugado por lo tierna que es su corteza.
Espolvoreamos con azúcar glas y paciencia hasta que enfríe. Paciencia que yo no tuve y que se nota en el corte.
Espero que os guste.