La raya, al menos en el Cantábrico, empieza a ser bastante habitual en las pescaderías. Por fin empieza a tener el reconocimiento que a mi juicio se merece. Claro que esto es un arma de doble filo, sobre todo para el bolsillo. Pasó de ser un pescado baratísimo, con poca salida y que los pescadores solían quedarse para su consumo, a ser un pescado muy demandado y a un precio muchas veces por encima de una buena merluza.
Normalmente en las pescaderías ya la tienen limpia, lo que acorta su frescura, pero que con la demanda que tiene no suele correr ese peligro. En cualquier caso cuando la veo sin pelar la compro sí o sí. La semana pasada la encontré, y como andábamos con la dieta a cuestas, la hice al vapor con salsa de limón. Un buen pescado hasta así, con una preparación tan elemental, está delicioso.
Esta raya recuerda un poco a la raya al pimentón de los pescadores, mucho menos elaborada que la famosa raya al pimentón de Ayamonte. La hice con mucha cebolla, poco aceite y poco vino blanco. Creo que podemos incluirla como un plato ligero, de dieta.
Ingredientes:
Dos buenos trozos de raya
2 cebollas medianas
2 dientes de ajo
1 cucharita de pimentón
1 cucharada de aceite
3 cucharadas de vino blanco (50 ml.)
1 cucharada de vinagre
Medio vaso de caldo de pescado o agua
Sal.
Lavamos el pescado, lo secamos y salamos, preferiblemente con sal gruesa, de cocina.
Ponemos a pochar la cebolla y el ajo picados muy finos con la cucharada de aceite y un poco de sal. Lo hacemos a fuego muy suave porque como casi no lleva aceite tiene que hacerse en su propio jugo.
Cuando esté la cebolla blandita y transparente añadimos el pimentón, mezclamos rápidamente para que no se queme y añadimos el vino y el vinagre. Subimos el fuego para que evapore el alcohol. Añadimos el caldo y en cuanto hierva ponemos el pescado por el lado grueso, bajamos de nuevo el fuego y lo dejamos unos cinco minutos.
Le damos la vuelta cuando veamos que está hecho por ese lado, y en tres o cuatro minutos estará listo para servirlo.
Lo acompañé con patatas hervidas y salteadas con mantequilla y perejil.
Queda
Queda muy sabrosa, y como siempre os la recomiendo para los niños, al no tener espinas les resulta fácil de comer.
Espero que os guste.