Las paradojas que nos montamos. Estamos toda la semana esperando el finde para descansar, y es justo cuando aprovechamos para hacer una comida especial, que si una tarta para el domingo, aquella receta que dejamos en pendientes para hacerla con calma… en fin, que acabamos trabajando más que por semana.
Aquí es donde encaja esta ensalada se hace en un momento, y además de rica tiene una presencia “de fiesta”. La hice con bacalao fresco (¿lo digo?... vale, con skrei, jajaja) , pero con rape queda también genial.
Las ensaladas tibias me gustan mucho, y en invierno me apetecen más que las frías, aunque aquí podemos permitírnoslas en pleno verano.
Ingredientes:
Medallones de bacalao fresco
Huevo batido
Harina
Sal
Aceite para freir
Mezcla de hojas de ensalada
Para la salsa de limón:
1 yema
El zumo de un limón (80 ml. aprox.)
80 ml. de agua
10 g. de maizena
2 cucharadas de aceite
Sal
Cortamos un lomo de bacalao en medallones y dejamos limpios de piel y espinas. Salamos.
Hacemos la salsa de limón para que vaya enfriando mientras hacemos los fritos. Ya está publicada la receta, pongo unas imágenes para un repaso rápido. Ver aquí.
Preparamos los fritos de bacalao: pasamos por harina los trozos de bacalao, luego por huevo batido.
Freímos en aceite moderadamente caliente, de forma que no absorba el rebozado mucho aceite, pero que tampoco queden crujientes y se doren en esceso.
Sacamos sobre papel de cocina.
Emplatamos poniendo un fondo de ensalada verde variada. Aliñamos con sal y aceite (no es necesario poner vinagre porque la salsa ya aporta el toque ácido).
Ponemos encima los fritos de bacalao y acabamos salseando con unas cucharadas de la salsa de limón.
No es precisamente elegante fotografiar el plato empezado, pero yo cocino para comer, y las fotos son de mi plato, a tiempo real.
Así queda de jugoso.
Espero que os guste.