Un plato con dos ingredientes típicamente onubense: el choco y las habas frescas.
El choco (sepia) se prepara como los calamares, en salsa, rebozados y fritos, y la receta más conocida, choco en amarillo.
Las habas enzapatás, son una tapa típica: habas frescas y grandes, cocidas con poleo fresco, hierbabuena, laurel y limón. Se toman como los altramuces. La temporada de las habas coincide con El Rocío, por lo que es una tapa habitual en la romería.
Las dos cosas me gustan mucho, y como choco y habas no hacen mala pareja, este guiso queda buenísimo.
Las habitas eran muy desiguales, había babys y de la tercera edad, para no andar escogiendo pieles en el plato, las pele después de escaldarlas.
El plato perdió en tradición pero desde luego ganó en colorido, parecía que me estuviera comiendo la bandera brasileña.
Ingredientes:
Una sepia
Una cebolla
Un diente de ajo
50 ml de aceite
100ml. de vino blanco
Sal (ojo, la sepia retiene cantidad de agua salada)
Azafrán
Habas frescas o un tarro de habitas.
Ponemos en la olla el aceite y rehogamos la cebolla y el ajo picados.
Mientras, limpiamos y troceamos la sepia.
Cuando la cebolla esté blandita echamos la sepia, subimos el fuego y rehogamos un momento para sellarla. Ponemos el vino blanco, la sal y el azafrán. Tapamos la olla y lo tenemos 5 minutos (si es una sepia grande dos minutos más).
Pelamos las habas y las escaldamos un minuto. Sacamos y si son todas pequeñas y con la piel fina las reservamos.
Yo las pelé porque las había grandes con piel muy gruesa.
Abrimos la olla, probamos de sal y añadimos las habitas. Ya sin tapar, dejamos dos minutos a fuego bajo.
Retiramos del fuego y dejamos que repose un momento.
Espero que os guste.