Esto de que sobre un bizcocho supongo que no pasa en casas con niños o en familias numerosas, pero a mí alguna vez me queda un trozo de bizcocho reseco y que ya no apetece tomar.
Dependiendo de qué sea el bizcocho le doy una segunda oportunidad. Para aprovechar los bizcochos de almendra esta receta me gusta mucho.
Imagen de internet
Los carbayones son unos pasteles típicos de Oviedo, son unas barquetas de hojaldre rellenas con una pasta de yema y almendra. Fue creado por la pastelería Camilo de Blas allá por los años 20. Es un pastel denso, pero riquísimo.
Esta no es una receta de carbayones, de ahí lo de falsos, es una forma de aprovechar un resto de bizcocho.
Ingredientes:
Restos de bizcocho de almendra (250 g aprox.)
200 g. de azúcar
200 ml de agua (o agua y vino blanco TPT)
3 yemas
Una lámina de hojaldre
Azúcar glas (100g aprox.)
Unas gotas de zumo de limón.
Ponemos al fuego el agua y el azúcar y dejamos que hierva 5 minutos hasta que sea un almíbar un poco denso y brillante.
Mientras, quitamos la parte más oscura de la corteza del bizcocho y lo desmigamos.
Añadimos el bizcocho al almíbar sin retirar del fuego. Removemos con una cuchara de palo y cocemos dos minutos.
Retiramos del fuego y añadimos las yemas una a una, removiendo muy bien hasta que quede una pasta homogénea.
Para este tipo de pasteles me gusta forrar los moldes al estilo portugués, como para hacer los pasteis de Belem.
Es decir, haciendo un rulo con la lámina de hojaldre previamente espolvoreada con azúcar y cortar porciones cilíndricas como de tres cms.
Se pone una porción en cada molde y se aplasta con el pulgar dejando el fondo y las paredes con una capita fina, y el borde un poco más grueso. Eso hace que no se desborde el relleno.
Ponemos masa de yema y almendra rellenando hasta ¾ partes del molde, que quede un borde como de un cm. Porque la masa crece un poco al hornear.
Los colocamos en la bandeja de horno con una lámina de teflón o papel de horno y metemos al horno precalentado a 200º unos 20 minutos hasta que estén doraditos.
Sacamos,desmoldamos y esperamos a que enfríen un poco antes de ponerles la glasa.
He hecho glasa muerta , pero podría ponerse una glasa de yema.
Para preparar la glasa se pone el azúcar glas en un bol y se añaden unas gotas de limón y dos cucharadas de agua tibia. Mezclamos hasta tener una glasa lisa y brillante. Yo la dejé bastante ligera, si nos gusta más densa añadimos más azúcar.
Se bañan los pasteles echando una cucharada de glasa por encima.
Se deja secar la glasa y ya podemos pasarlos a la bandeja o al plato.
Por dentro deben de quedar jugosos,
y el hojaldre crujiente
Espero que os guste.